A los países los enaltecen más sus intelectuales o artistas que sus industrias. Por buenos que resultan los automóviles u otros productos, les han dado más prestigio sus poetas, escritores, filósofos o pintores de fama universal.
Buenísimo trampolín para dar a conocer los valores clásicos y modernos de España ha sido el Instituto Guatemalteco de Cultura Hispánica bajo la dirección de don Pedro Luis Alonso durante los últimos años. Su fecunda labor y su abnegada dedicación al programar, dar a conocer y presentar en nuestro medio la cultura española en un sinfín de eventos ha sido una tarea extraordinaria y enriquecedora de la cultura guatemalteca, al abrir las puertas a los valores guatemaltecos a la fama y el aprecio público.
Por mi amistad personal con Pedro Luis y su amistad entrañable con todos los artistas y escritores guatemaltecos, quiero agradecerle las veladas de alto nivel, programadas entre las paredes del Instituto al que en estos días ha tenido que abandonar.
Se supo que sin haber cometido nada incorrecto, ha sido alejado de su valiosa labor cultural este caballero español, sencillo como los espíritus grandes, amigo de todos, quien en forma sabia y ejemplar ha realizado tan exitosamente su servicio a la cultura y contribuido al intercambio guatemalteco-europeo en todas las ramas de la vida cultural.
Como todo, también esta faena creativa toca a su fin, y en el estrecho nicho de un artículo de prensa no caben todos los méritos de este humanista de mucho leer, estudiar y remar sobre las profundas aguas de la cultura en ambas orillas del océano Atlántico.
Repito, la cultura la hacen las personas y por los eventos que él ha realizado casi a diario, quisiera felicitarlo cuando cesa en esta ardua labor. Fue gran compañero y colaborador de los otros institutos binacionales y a todos nos ha sorprendido y apenado que un elemento tan valioso ya no seguirá adelante al frente del Instituto Guatemalteco de Cultura Hispánica.
Sé que con estas líneas de homenaje y despedida a Pedro Luis Alonso estarán de acuerdo muchísimos guatemaltecos y españoles, personas que lo aprecian muchísimo, y han asistido a los eventos del cine español, conferencias, exposiciones y teatro en el instituto.
A cuántos jóvenes valores guatemaltecos Pedro Luis dio a conocer y a cuánto español ofreció ?retornos provisionales? a la patria en las películas. Todos tendremos que notar su falta y todos le deseamos nuevos triunfos en su nueva vida profesional al hombre que dio brillo a su cargo anterior y no ha sido al revés.
Lo despedimos con una franca y calurosa felicitación a este Quijote de la cultura, que al marcharse deja impresa su huella inconfundible en el instituto del que yo he sido vicepresidenta y presidenta a. i. en el tiempo del licenciado Molina Orantes, cuando él había sido nombrado Canciller de la República.
