Desafortunadamente, muchos consideran que sufrir un trauma como éste es algo que sólo le pasa o se merece quien lo experimenta, sin tomar en cuenta que puede evitarse y que la forma correcta de usar los cinturones de regazo y de hombro salva vidas y disminuye la severidad de los golpes, afirma el anestesiólogo y médico internista Alberto Varón, quien trabaja en el Ryder Trauma Center (Centro de atención del trauma) del Hospital Jackson Memorial, en Miami, Estados Unidos.
Mecanismo de los daños
Siempre que ocurre un accidente de tránsito se producen tres tipos de choque: el primero es el del vehículo contra lo que sea; el segundo, el del cuerpo dentro del vehículo, y el tercero, el de los órganos dentro del cuerpo. Por eso, es muy importante que a pesar de que en apariencia los afectados no tengan ninguna lesión, sean revisados por un médico, indica Luis Labiste, traumatólogo e investigador asociado del William Lehman Injury Research Center, del hospital referido, donde se han desarrollado, aplicado y validado sistemas computarizados que ayudan a identificar patrones de accidentes automovilísticos con más probabilidades de producir heridas graves.
Asimismo, Labiste explica que cuando no se usan los cinturones de seguridad y el choque es frontal, los daños más graves ocurren en la cabeza, porque no hay nada que retenga en su asiento al conductor o a los pasajeros. Mientras que cuando sólo se emplea el cinturón que atraviesa el hombro y se deja en desuso el que va en el regazo, el movimiento que conlleva el impacto y todo el peso del cuerpo se frenan con el pecho. En estos casos, los órganos más lesionados son el hígado y el bazo. Por supuesto, todo depende de cómo haya sido el choque y la fuerza del mismo.
Según los resultados de las investigaciones que Labiste ha llevado a cabo, lo más recomendable es usar los cinturones de seguridad manuales y no los pasivos o automáticos, que se activan cuando el conductor entra a su vehículo y se idearon para que los pasajeros se acostumbren a usarlo, pero que son menos efectivos que los primeros.
¿Y las bolsas de aire?
Éstas disminuyen los golpes en la cabeza, que son los que más incapacidad ocasionan, pero tienen que utilizarse tal como lo indica el fabricante del automóvil, sin dejar en el olvido los cinturones. Y lo que jamás debe hacerse es colocar un sillón de seguridad para niños en un asiento que tenga bolsa de aire delantera.
En acción
Los especialistas del Ryder Trauma Center dicen que los paramédicos que se presenten a la escena de un accidente de tránsito, además de brindar los respectivos primeros auxilios a los lesionados, deberían fijarse en el estado del automóvil y reportarlo a los médicos del centro hospitalario al que se dirijan, porque así ellos podrán tener una idea de qué partes del cuerpo, tanto externas como internas, sufrieron o pueden haber padecido mayores daños.
Esta información, por ser más completa, propicia que los pacientes reciban mejor atención de emergencia, y que sus probabilidades de sobrevivir aumenten y tengan una adecuada rehabilitación.
Proteja a sus hijos
Para proteger a su hijo necesitará un sillón según la edad del pequeño; usar uno demasiado grande o chico puede no mantenerlo a salvo en caso de un choque.
Los asientos convertibles son para niños recién nacidos y hasta que llegan a pesar 40 libras. Éstos se colocan hacia atrás o hacia adelante según la edad y tamaño del pequeño.
Los sillones elevados son para los infantes que ya no caben en los convertibles. Los mejores de este tipo son los que permiten que el niño pueda usar los cinturones de seguridad que el automóvil trae para ser colocados en la cintura y hombros.
Cuando los cinturones comprimen el cuello o el estómago, causan más daño y en caso de accidente puede que no retengan al infante en el asiento.
Recuerde, antes de ponerse en marcha, revise que el asiento del pequeño se encuentra debidamente instalado.
Atención integral
El Ryder Trauma Center se encarga de la atención y la rehabilitación integral de los pacientes graves, a causa de traumas (choques de automóvil, heridas de bala y punzo-cortantes, quemaduras severas, y fracturas de huesos importantes como el húmero, el radio o el fémur).
Este centro es de los más grandes y completos a nivel mundial que provee resucitación, intervención quirúrgica, diagnóstico, tratamiento médico y cuidados intensivos para las víctimas de trauma nivel 1. presta servicios gratuitos a niños y adultos estadounidesenses así como a inmigrantes que tengan un año de residir en el país; atienden a extranjeros pero éstos tienen que pagar según indique la oficina de trabajo social.
Según los entrevistados, los accidentes automovilísticos son la tercera causa más grande de muertes en los Estados Unidos, después del cáncer y la enfermedad coronaria. Antes de abrir el centro en 1992, en Miami la mortalidad a causa de traumas era del 20% pero luego descendió a 8%.
Esto se debe a que en el centro cuentan con personal capacitado en la atención exclusiva de estos casos, y están organizados para que siempre haya un grupo de médicos listo ante cualquier emergencia. También llevan cabo diversas investigaciones para proporcionar prevención y mejorar el tratamiento individual.
Por eso enfatizaron la importancia de que en los países latinoamericanos exista un centro específico de atención del trauma, ya que esto redundaría positivamente en beneficio de la población. Para más datos acerca de este centro puede escribirle a María Rosa González Carrero: mcarrero@um-jmh.org