“Estamos viendo una explosión de uso de las redes sociales, entre gente joven pero también en generaciones que hasta ahora se habían mostrado reticentes. Es natural, la tecnología es una extensión del ser humano”, explicó en su momento Sílvia Martínez, directora del máster de Social Media de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).
Francesc Núñez, profesor de Estudios de Arte y Humanidades de la universidad a distancia, ha coincidido en que las nuevas circunstancias de la pandemia y el confinamiento “lo que han hecho es acelerar una tendencia que ya estaba presente y tenía mucho futuro”. “Nuestra relación humana con el mundo estará cada vez más mediatizada por las pantallas”, ha apostado el experto, haya o no nuevas pandemias.
“Ahora no hay mucha reflexión. No estamos pensando demasiado en que en apenas segundos un vídeo nuestro puede estar en la otra parte del mundo y que habremos perdido el control sobre él aunque lo borremos de nuestro dispositivo”, reflexiona.
Núñez habla de algunas publicaciones en redes como “tatuajes digitales” por las dificultades que conlleva borrarlos de la red pasado el tiempo.
Pero en este bum existen algunas personas que han caído en adicciones a ellas, así como otras que promueven estar por completo alejados, o bien dejarlas únicamente como una herramienta empresarial en la que la vida personal no se presente.
Por ejemplo, algunos íconos de la farándula prefieren mantener su privacidad, entre ellos están Kristen Stewart, la estrella en la saga de Crepúsculo; así como quien da vida a Cruella, Emma Stone, o Jennifer Lawrence, quien también se ha mantenido fuera de estas esferas y en la que quiere mantener también a su primer bebé. En este listado también aparecen Keanu Reeves y Brad Pitt, solo por mencionar algunos.
Un poco más de tiempo personal
Claudia García de la Cadena, doctora en neurociencia cognitiva y neuropsicología, directora del posgrado en neuropsicología aplicada, de la Universidad del Valle de Guatemala explica que en los últimos años la tecnología y las redes sociales ha permitido tener una comunicación más rápida, en ciertos casos certera y en otros no.
Lo cierto es que en este cambio de premisa y rapidez también se ha puesto en evidencia que en algunas personas las redes empezaron a ser también como un amortiguador de la soledad que viven, para otros incluso llegó a convertirse en una adicción.
Algunos presentan cambios de humor al no estar conectados. El cerebro aprende a estar alerta de todo lo que se dice de ellas, quieren compartir todo y de no hacerlo se sienten nerviosas, tiemblan o se ponen inquietas, agrega García de la Cadena.
Aunque esto no es una sustancia como el cigarrillo o el alcohol se empiezan a presentar problemas físicos por el uso excesivo de teléfono, desde dolor en las manos, problemas en la vista, o bien accidentes por darle prioridad al uso de las redes. “Quienes reconocen o identifican que hay un problema para salir de ellas necesitan manejarlo al igual que una adicción y buscar apoyo lograrlos”, dice la experta.
(Foto Prensa Libre: Foto de Spora Weddings/Pexels)
Esto requiere en ocasiones apoyo de psicólogos, psiquiatras o según el nivel de adicción, de intervenciones para recuperarse a través de una terapia estructurada.
Quienes logran un mayor equilibrio en su uso o fomentan menos tiempo en los teléfonos tienen espacios para hacer ejercicio, realizar otro tipo de actividades, reunirse con otras personas, actividades al aire libre, entre otras.
Para los padres, García recomienda que establezcan en los niños un horario definido para ver redes sociales. En el caso de los adolescentes es importante conversar con ellos y tener un diálogo para convencerlos. Hacerles énfasis en ciertas situaciones que se pierden al estar mucho tiempo conectados, convivencias, tiempo de descanso, entre otras actividades.
Estrategias para uso de redes
El profesor Cal Newport es profesor de informática en la Universidad de Georgetown explica que enfocarse y concentrarse fuera de las redes sociales es valioso.
En su libro Enfócate reflexiona sobre el valor de desarrollar y aumentar los niveles de concentración en un mundo que incentiva la hiperconexión y la multitarea. Su premisa es darle también prioridad a aquellas cosas que nos hacen prosperar y no se limitan a inactividad frente a las pantallas. Aquí algunas sugerencias e ideas prácticas para disminuir su uso y tiempo en redes.
- Lleve un monitor de registro del tiempo que pasa conectado. Este le ayudará a reconocer cuánto tiempo pasa en el teléfono.
- Establezca un horario para estar en redes.
- Durante el día atrévase a dejar su teléfono un tiempo sin verlo y lejos de usted.
- Desactive las notificaciones.
- Entrene para concentrarse en otras actividades. Conozca cuáles son sus pasatiempos y qué le apasiona y establezca también un horario para ellos.
- Salga a la naturaleza.
- Tenga citas con su familia o amigos en la que estén sin el uso de teléfono y dedíquense a conversar.
- Desarrolle su autoconocimiento y tenga un tiempo de crecimiento personal.
- Cree proyectos propios y concéntrese por lo menos una hora al día en ellos.
- A diario lea un libro o un periódico físico. Busque otras distracciones que le apoyen.
