Según informa la revista alemana “Computer Bild”, en primer lugar, habrá que desconectar el aparato de la red eléctrica. Para limpiar la consola no se debe utilizar agua, ya que esta puede dañar los componentes electrónicos y los mandos del dispositivo. Para eliminar la suciedad más profunda, lo mejor es recurrir a un paño ligeramente humedecido.
Los expertos también aconsejan prescindir de productos de limpieza, ya que estos podrían dejar feas marcas en las superficies, que por lo general son muy sensibles.
Según la publicación, la herramienta de limpieza más importante es un paño de microfibra, con el que se puede eliminar el polvo y otros tipos de suciedad de las superficies. El paño atrae las partículas de polvo y las retiene para que no salgan despedidas al aire y se redistribuyan por la consola.
Para las zonas de difícil acceso de la consola, como las ranuras de ventilación, “Computer Bild” recomienda utilizar un pulverizador de aire comprimido.
Los expertos recomiendan precaución al utilizar una aspiradora, ya que los aparatos modernos son muy potentes y pueden hacer girar los ventiladores de la consola. Esto podría causar daños, así que, si es posible, utilizar la aspiradora solo en la posición más baja.
Se recomienda limpiar las superficies de la consola al menos una vez a la semana y realizar una limpieza más a fondo cada seis meses.
La suciedad puede bloquear los ventiladores, cuya función es disipar el calor y, de esta manera, enfriar la consola. Si estos han acumulado mucha suciedad, tienen que girar más rápido para conseguir el mismo efecto de refrigeración, lo que provoca un fuerte ruido de funcionamiento.
Además, explican los expertos, si el sistema de ventilación no consigue expulsar el calor de la carcasa, se producen efectos a largo plazo que pueden llegar a reducir considerablemente la vida útil de la consola.
