Actualmente se está llegando a la inteligencia artificial y otras opciones que ofrecen servicios cada vez más novedosas y aspectos como el internet de las cosas están evolucionando y dando soluciones en la que el mundo está involucrado, incluidos los niños.
Estas transformaciones necesitan tener su lugar en la educación, agrega Mosquera e invita a las escuelas y centros educativos a reinventarse. “No se trata que los menores desconozcan los peligros en las redes, pero tampoco de prohibirles sino de formarles para interactuar en ellas, dosificar el tiempo que permanecen conectados y fijar límites”, dice el experto.
Así en el papel de los educadores y de los guías de los niños se tiene la tarea de desarrollar las competencias, habilidades y aptitudes para transformar a la sociedad hoy.
Mosquera expresa que actualmente tenemos en el mundo información que está a un clic de distancia, pero esto no es el verdadero conocimiento. “El maestro de hoy tiene un lugar privilegiado y potente porque es un mediador y facilitador, quien tiene el conocimiento pedagógico para que se encuentre sentido al uso tecnológico y a lo que hace en la vida el estudiante…no solo transfiere conocimiento sino tiene la oportunidad de encender una llama y entregarles un legado al prepararlo para un mundo que se transforma a una velocidad muy rápida”, dice.
Además es importante “enseñar y ayudar a desarrollar la sensibilidad por el otro porque eso no se resuelve viendo videos…”, comenta Mosquera quien invita a crear estos espacios donde se aprenda haciendo cosas y que la revolución tecnológica lleve a replantear los modelos educativos tanto en el centro educativo como en casa, junto a los primeros formadores de los menores.
Por su parte, Armando Najarro Arriola, académico docente de Facultades de Humanidades y Teología expresa que la educación debe dar esperanza para un mundo mejor. Se tiene un papel como educadores de motivar a los niños y jóvenes a ser más “críticos-constructivos” frente a la sociedad y al mundo de la incertidumbre que les toca vivir… Para fomentar esa competencia y ese espíritu es preciso organizar en cada institución educativa todo un sistema (no basta con que sea una persona aislada), que les enseñe gradualmente a analizar crítica y constructivamente las causas y los efectos de los diversos fenómenos que afectan su comunidad, su sociedad, su país o el mundo virtual”, expresa.
La finalidad es abrirles la puerta a las nuevas generaciones para proponer soluciones divergentes para mejorar lo que ellos viven y sienten. La lucha es que como profesores se tenga un espíritu abierto a escuchar, ser criticados y mostrar cómo se puede ser crítico, pero al mismo tiempo constructivo. Esto no solo necesita conceptos, sino también habilidades y destrezas, pero ante todo valores y actitudes propositivas.
No solo en las aulas
Pero, el sentido de que las nuevas generaciones aprendan a criticar todo lo que ven no solo se aprende en clase, el hogar como centro primario es también el gran formador.
Los padres o tutores necesitan reconocer ¿cuánto tiempo pasan los menores frente a la computadora y teléfonos celulares? Los expertos hablan que el futuro de un número cada vez mayor de niños estará cada vez más influenciado por la tecnología digital.
La empresa de ciberseguridad Kaspersky, en colaboración con CORPA lanzaron en 2020 una encuesta en la que se estableció que el 50% de los niños latinoamericanos cuenta con un perfil en redes sociales. Pero, el 15% de los padres rara vez monitorea las redes sociales de sus hijos, por lo que desconocen qué tipo de información es a la que los menores están expuestos y la que comparten.
Fuentes consultadas agregan que el número de perfiles pudo crecer a causa de la pandemia y en general sigue siendo preocupante la falta de atención de los adultos a la vida física y digital de los niños. Esto los hace vulnerables a cyberacosos, intentos de robo de información y publicaciones inapropiadas en redes sociales, entre otros.
Internet representa riesgos reales para niños y adolescentes, pero los padres y maestros pueden ayudarlos a tomar decisiones informadas que los mantengan seguros en línea, además de otras ideas que se comparten a continuación:
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- Hable con sus hijos y cuando hayan crecido lo suficiente para unirse a las redes sociales, dígales que supervisará lo que publican y explíqueles por qué lo hará. Incluso los adolescentes pueden no tener claro cuál es el impacto a largo plazo de sus publicaciones, o no entender que internet nunca olvida nada. Deben ser conscientes de que usted los está cuidando, no tratando de causarles problemas.
- Ponga reglas claras del uso de los aparatos, así como horarios establecidos y una guía según la edad de todo aquello que tiene permitido hacer, así como abrir un canal de comunicación para compartir qué están haciendo. Jamás deben compartir información como nombre o dirección sin la autorización de sus padres.
- Trate de mantener a los menores a salvo sin hacerlos sentir que desconfía de ellos. Establezca de manera clara límites y discuta las situaciones en las que puede ser necesaria su intervención. Converse con ellos, pregúnteles qué piensan de todo lo que ven y si encuentran algún peligro en ello. Escúchelos y oriéntelos.
- Los expertos sugieren que si encuentra que su manera de supervisarlos está causando conflictos busque nuevas formas de hacerlo.
- Demuéstreles a sus hijos que pueden tomar medidas para ser proactivos en línea enseñándoles cómo usar las funciones de privacidad, informes y bloqueo de los sitios que visitan. Kaspersky explica que niños mayores pueden saber más sobre el mundo en línea que los adultos, así que es positivo considerar darles el papel de expertos y hacer que le muestren las funciones de seguridad de los sitios que frecuentan.
- Comparta como adulto su propio ejemplo de vida de cómo usted se cuida y qué elementos de seguridad utiliza. Esto es valioso para el aprendizaje.