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Los científicos enviaron una carta al presidente del Kaist y aseguraron que no colaborarán con el instituto surcoreano ni con los visitantes del Kaist por temor a que esa institución busque “acelerar la carrera para desarrollar” armas autónomas que no requieren de instrucciones humanas para funcionar.
Toby Walsh, organizador del boicot explicó que “hay muchas cosas buenas que se pueden hacer con IA, y una de ellas es salvar vidas, incluso en un contexto militar, pero declarar abiertamente que el objetivo es desarrollar armas autónomas y tener un compañero como este despierta una gran preocupación”.
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En la inauguración del laboratorio, la casa de estudios declaró que el objetivo del nuevo centro era el de desarrollar sistemas de comando y decisión basados en tecnología de IA, algoritmos de navegación para vehículos submarinos no tripulados y aeronaves con tecnología inteligente de seguimiento y reconocimiento de objetos.
Walsh, profesor de la universidad de Nueva Gales del Sur, de Australia, se enteró de la posibilidad de este desarrollo a través de un artículo del Korea Times que afirmaba que el Kaist buscaba “unirse a la competencia mundial para desarrollar armas autónomas” y por ello rápidamente escribió a la universidad, pero no obtuvo respuestas.
El temor creció al conocerse la asociación del instituto con Hanwha Systems, uno de los mayores fabricantes de armas de Corea del Sur, y desarrolladora de las bombas de racimo prohibidas en 120 países en virtud de un tratado internacional.
Kaist es un centro de renombre mundial en el campo de la investigación de IA, es conocida por trabajos como el robot DRC-HUBO, que ganó el desafío robótico DARPA 2015 y es capaz de desplazarse, realizar tareas complejas y hasta conducir vehículos.
Fuente: rosario3.com
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