El exoesqueleto se empleará en niños de entre 3 y 14 años con atrofia muscular de tipo dos, que “se diagnostica entre los 7 y los 18 meses de vida y los niños que lo padecen no llegan a caminar nunca, lo que provoca un importante deterioro de su estado”, explicó la investigadora.https://twitter.com/CSIC/status/741722643716542464
Gracias a este mecanismo, los pequeños pacientes evitarán o retrasarán la aparición de escoliosis, osteoporosis, insuficiencia respiratoria y otras complicaciones que disminuyen su calidad de vida, a la vez que incrementará su esperanza de vida.
García anunció que “este dispositivo podría estar en el mercado en un año y medio” con la “financiación necesaria” que implica US$56 mil 700) solo para el prototipo; una construcción a escala industrial rebajaría este precio hasta losUS$34 mil por unidad.
El proyecto, financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad a través del Programa Echord++ de la Unión Europea, se está desarrollando con la colaboración de médicos del Hospital Infantil Sant Joan de Déu en Barcelona (noreste de España) y del Hospital Universitario Ramón y Cajal en Madrid.
Ambos centros hospitalarios cuentan con sus propios ensayos preclínicos: en el caso de Barcelona, ocho niños participan en uno con una duración de tres meses para comprobar la adaptación del exoesqueleto a estos pacientes, mientras que en el de Madrid se estudiará las posibles alteraciones psicológicas de utilizar este aparato en sus actividades diarias.
La principal dificultad de desarrollo hasta ahora radica en el hecho de que los síntomas de las enfermedades neuromusculares como la atrofia muscular espinal “varían sus efectos con el tiempo tanto en las articulaciones como en el conjunto del cuerpo”.
Por ello, este modelo “incluye articulaciones inteligentes que modifican la rigidez de forma automática” para adaptarse a la sintomatología de cada niño.