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Una forma de recopilar ideas es utilizar mapas mentales.
André Kramer, de la revista especializada alemana “c’t”, explica que el concepto se remonta al autor británico Tony Buzan, y que la técnica radica en estructurar contenidos de manera creativa: “En el centro hay un tema del que surgen distintos elementos y subtópicos que a su vez se siguen ramificando”.
Según el experto, en el proceso, ninguna de las ramas está conectada entre sí. “Al final, se obtiene un esquema que subordina cada objeto a otro objeto”. De este modo, un mapa mental puede convertirse en un índice o en una estructura para una presentación.
Hace tiempo que existen diferentes soluciones para crear mapas mentales digitales. Según Kramer, uno de los programas más antiguos para este fin es Mindmanager .
Añade que el software hace tiempo que dejó de ser una herramienta exclusiva para visualizar lluvias de ideas: “Con el programa se pueden crear diagramas de todo tipo y gestionar proyectos con estimación de costes incluida”.
Kramer explica que, además, el programa ofrece un modo “brainstorming”, que permite crear un diagrama a partir de una página en blanco. Dependiendo del modelo de suscripción, también es posible integrar el programa en “Microsoft Teams”, y así exportar los mapas mentales como imagen o en formato pdf.
Patrick Kurz, experto en trabajo eficiente, recomienda “Microsoft OneNote” como libreta digital, y explica que en él se pueden copiar vídeos, textos o imágenes, así como también notas manuscritas y dibujos: “Si se dibuja, por ejemplo, un mapa mental a mano en la tableta, se lo puede integrar luego en OneNote .
Según Kurz, las ideas generadas de este modo se convierten en listas de tareas o plazos. “A menudo es muy importante que la gestión de ideas pueda fluir de forma óptima en el flujo de trabajo”, precisa el experto.
Esta función, prosigue, permite a los miembros de un equipo utilizar la aplicación en su dispositivo final o bien compartir la información con otras personas. “En situaciones de trabajo remoto, alguien puede compartir la pantalla y todos pueden trabajar en ella en paralelo”.
A tenor de Cordula Nussbaum, experta en gestión eficaz del tiempo, quien no solo quiera recopilar ideas, sino también estructurarlas, puede recurrir al tablero digital “Padlet”, o bien al software de gestión de proyectos basado en pizarras “Trello”.
Esta experta explica que ambos programas permiten registrar y agrupar las ideas en pósits virtuales: “Si se mueve un pósit, todo el mundo lo ve”.
Otra popular aplicación de mapas mentales exclusiva para el navegador es “Mindmeister , que es gratuita en su versión básica. “La aplicación tiene una gran comunidad de usuarios y muchos mapas mentales a los que se puede acceder en línea para inspirarse”, señala Kramer, destacando los modos de visualización de la herramienta.
Precisa que, en el modo de lluvia de ideas, los usuarios pueden trabajar juntos en línea como un equipo, y que todos los contenidos quedan almacenados en la nube.
A la hora de decidir si se utiliza un rotafolio analógico o una pizarra digital, Nussbaum señala que eso depende de las habilidades hápticas del usuario.
“Las personas sensibles al tacto están mucho más relajadas y son más creativas cuando pueden escribir con lápiz y papel”, algo que, según la experta, también se puede hacer con una tableta y un lápiz digital.
Nussbaum precisa que, a modo de prueba, puede bastar con crear un documento Word o PowerPoint en el que todos puedan escribir, y que, para ello el archivo debe estar en un servidor para permitir la edición simultánea.
Otra opción es crear un canal en programas de chat como “Microsoft Teams” o “Slack” en el que todos puedan escribir sus ideas.
A la hora de decidirse a favor de una u otra herramienta, Patrick Kurz recomienda aclarar previamente qué funciones se necesitan y en qué medida se puede integrar la herramienta en otros programas.
Nussbaum puntualiza: “Lo ideal es que los miembros del grupo ya estén familiarizados con la herramienta, o que al menos sepan cuál es su aspecto”. También aconseja hacer más descansos de lo habitual cuando se trabaja digitalmente: “Cada 60 minutos, los participantes deben apagar la pantalla, levantarse, ventilar y beber algo”.