El hecho de que funcionen con pilas, sin embargo, hace que el balance final no resulte muy positivo. El motivo es que estas celdas de energía tienen una vida útil finita después de la cual, lamentablemente, solo son residuos.
Según la Agencia Federal de Medio Ambiente de Alemania (UBA, por sus siglas en alemán), se necesitan entre 40 y 500 veces más energía para fabricar las pilas que la que estas proporcionan al final. Esto hace que no solo sean una fuente de energía ineficiente, sino también relativamente caras en relación con su rendimiento.
Desde el punto de vista de un uso más sostenible de los recursos, las baterías recargables suelen ser la mejor opción, por lo menos si se utilizan durante un tiempo suficientemente largo y se recargan con frecuencia.
Según la UBA, de esta manera compensan la forma realmente ineficiente de suministrar energía por batería.
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Sin embargo, en principio, las pilas recargables no resuelven el problema, sobre todo porque son más caras a la hora de adquirirlas.
Según la UBA, la mejor opción es, por tanto, una tercera vía: elegir dispositivos con cable siempre que sea posible, sobre todo cuando se trata de dispositivos estacionarios.
Esto no solo ahorra recursos, sino que además es más económico que comprar baterías o pilas. Aquellos dispositivos móviles que funcionan sin batería o con ayuda de energía solar pueden ser una alternativa. Sin embargo, hasta el momento, la mayoría de las soluciones comerciales de hogar inteligente no ofrecen esta opción.