“Me quedé sorprendido que en una ocasión me comenzó a hablar de Pol Pot —dictador y genocida camboyano (1928-1998)—. Yo ni sabía de quién se trataba. Tiene gran poder de observación y análisis”, cuenta su padre, Fernando Ortega, ingeniero mecánico originario de Huehuetenango. “Le encanta leer, se devora los libros. Tiene una memoria increíble y recuerda muchos datos y detalles, especialmente históricos”, dice su madre, Shing Yi Yung, profesora de Enseñanza Media especializada en inglés y que nació en Hong Kong, mientras señala una enciclopedia de ocho tomos de la Segunda Guerra Mundial que lee el joven.
Ortega Yung tiene suficiente tiempo para dedicarse a lecturas de su interés porque en su casa no hay televisión. También le gusta la compañía de su gato Félix.
No sorprende, por tanto, que aunque el joven no ha definido aún qué carrera desea estudiar en la universidad, se incline por Relaciones Internacionales. Desde antes de este concurso ha soñado con ingresar en la UVG. Mientras ese momento de elección determinante llega, cursa el quinto grado de Bachillerato en Computación en el Colegio Boston, Antigua Guatemala, Sacatepéquez, a donde viaja todos los días desde Escuintla, donde reside con su madre.
Servicial y buen estudiante
“José Miguel ha sido un alumno muy destacado y un lector muy ávido. Está en el cuadro de honor. Es autodidacta, autosuficiente, dedicado y persistente, porque cuando se propone algo, lo logra. Es una persona que decide y sabe lo que quiere hacer”, refiere su maestra de grado y catedrática de Lengua y Literatura, Celia de Ponce.
Ortega Yung ha sido reconocido como el mejor de un programa de comprensión de lectura. “Para muchos es una pérdida de tiempo, pero a mí no me cuesta; lo disfruto”, cuenta.
“He sido su amiga desde primaria. Siempre ha resaltado por su alto nivel académico y porque da lo mejor de sí. Es una gran persona, siempre está dispuesto a ayudar cuando no entendemos alguna materia”, comenta Ana Teresa Girón, 16, compañera de grado.
“Lo conozco desde hace cinco años. Ha sido un buen amigo y siempre me ha apoyado en cualquier situación. Es muy aplicado, quiere ser el mejor en los estudios. Ser el ganador del concurso es una gran experiencia para él y un orgullo para el colegio y su familia”, expone su compañero José Trejo, 16.
Ortega Yung es muy sensible e idealista, lo inunda el deseo de cambiar el país y está convencido de que podemos lograrlo. “Si todos los guatemaltecos trabajamos juntos, podemos alcanzar el cambio que tanto queremos para salir de esta crisis. Hay que trabajar duro, saber pensar y ser asertivo en nuestras acciones”, afirma. “Guatemala tiene una buena posición geográfica y la capacidad de ser país desarrollado, los que estamos mal somos nosotros. La pregunta es si estamos dispuestos a enfrentar las adversidades”, cuestiona.
¿Por qué Quetzal 1?
Al preguntarle de dónde surgió la idea de elegir el nombre por el que votó la mayoría de participantes, Ortega Yung explica que fue producto de una lluvia de ideas con su madre, quien lo instó a participar. “Él —José Miguel— tenía renuencia y escepticismo de participar —en el concurso—, pero insistí, porque pienso que la participación es importante en todo ámbito en el país. Esto es algo histórico”, señaló Shing Yi Yung.
“Quetzal, porque es el símbolo de nuestra libertad y porque en el himno nacional dice ‘ojalá que remonte su vuelo más que el cóndor y el águila real’. Va a estar orbitando junto a satélites más grandes. Y uno, porque comienza una nueva era tecnológica hacia donde vamos a avanzar para el desarrollo y prosperidad de Guatemala”, comenta el joven.
“El CubeSat es pequeño, pero tendrá la capacidad de detectar cianobacteria en cuerpos de agua. Me gustaría conocer cómo lo están construyendo en la UVG, hablar con el codirector del proyecto —Víctor Ayerdi— y preguntarle qué clase de ecuaciones o leyes de física emplean. Con la matemática se domina el mundo”, asegura el ganador del concurso.
“Yo no soy nadie, comparado con los integrantes del proyecto. Ellos son los verdaderos ganadores, porque están haciendo su sueño realidad y debemos apoyarlos porque va a ser un gran salto para nuestra nación. Quienes votaron por Quetzal 1 se merecen todo mi respeto y gratitud”, expone.
A la pregunta ¿pensó que resultaría ganador?, el joven contestó: “Jamás creí que iba a ganar. Una semana después ya se me había olvidado que había participado, hasta que recibí el correo en el que decía que era finalista”.
“La mayoría de guatemaltecos no ve la importancia del CubeSat, no le interesa. Hoy es un pequeño aparato, pero más adelante será Quetzal 2, Quetzal 3 y así, sucesivamente”, expresó Shing Yi Yung. “Los guatemaltecos debemos apoyar los proyectos de los guatemaltecos y participar en lo que nos beneficia. Nosotros, como familia, amamos mucho a nuestro país”, señaló Fernando Ortega.
Sobre el cosmos, el joven cuenta que le interesan datos curiosos como el hecho de que en luna llena es más probable que las mujeres embarazadas den a luz. “El Universo tiene tanta influencia sobre nuestras vidas y que no podremos llegar a entender”, añadió.
“Guatemala es un principiante respecto de programas especiales y no se descarta que lleguemos a hacer algo grande, pero todo tiene su proceso y su tiempo”, aseveró.
¿Qué quiere ser cuando sea grande?
Ser feliz, al hacer lo que le apasiona y alcanzar sus metas. “Por ahora soy un simple joven, no tengo trabajo, ni siquiera DPI, pero tengo esperanzas de que pueda aportar al cambio de mi país”, respondió.
Sobre el gran día
“¡Wuau, va a ser increíble! Ese día me daré cuenta de que hice algo bueno por Guatemala, algo pequeño, pero con buenas intenciones”, expresó Ortega Yung acerca del momento en que Quetzal 1 sea lanzado al espacio, evento histórico previsto para el próximo año.