La Administración Federal de Aviación (FAA, en inglés) aprobó el plan de la empresa que dirige Jeff Bezos, presentado el año pasado, para “entregar de forma segura y eficiente paquetes a sus clientes”, algo que, por lo menos inicialmente ocurrirá sólo en áreas con poca densidad de población.
Así, no cabe esperar que en los próximos años las ciudades estadounidenses se infesten de drones recorriendo sus cielos de casa en casa, sino que estos se centrarán en zonas rurales o entornos residenciales a las afueras de las grandes urbes.
Además, según explicó la propia empresa en su solicitud de permiso ante la FAA, todos los paquetes que se entreguen por este método pesarán 2.27 kilos o menos (5 libras), lo que reduce significativamente el riesgo que estos pueden suponer para los transeúntes si algo falla y caen en pleno vuelo.
La firma de Seattle (estado de Washington, EE.UU.) empezó a trabajar en esta estrategia en 2013 e hizo su primera entrega de prueba en 2016 en el Reino Unido, pero se trata de un método que presenta enormes complicaciones tanto técnicas como legales, por lo que incluso una vez con el permiso del Gobierno, no se espera que su despliegue sea inmediato.
“Este certificado es un paso importante para Amazon Prime Air -el nombre del proyecto para entregar mediante drones- e indica que la FAA tiene confianza en nuestros procedimientos operativos y de seguridad para un servicio de entrega autónoma de drones que algún día llevará paquetes a nuestros clientes en todo el mundo”, indicó en un comunicado el vicepresidente de Amazon para Primer Air, David Carbon.
El objetivo de la empresa es que una vez entre en funcionamiento, los drones hagan viajes de hasta media hora para entregar los paquetes.