Esto provocó, también, que los comercios tuvieran que realizar cambios para adaptarse a este nuevo comportamiento del consumidor impulsado por el covid-19.
Se prevé que estos cambios en los clientes, se continuarán dando. Debido a ello, los comercios continúan estableciendo acciones y ajustan sus estrategias sobre la marcha para mejorar el desempeño del negocio en una nueva normalidad, pero, sobre todo, lograr satisfacer los nuevos hábitos de consumo.
Los negocios, de manera inmediata y cuidadosa, desarrollan la resiliencia que se necesita ante los cambios de consumo de las personas. Para ello, observan y monitorean las fluctuaciones de la demanda. Solo así logran identificar los cambios más sutiles en el comportamiento de los consumidores. Estos son indicadores fundamentales que les sirven para replantear sus estrategias comerciales.
Entre los principales cambios que se han dado con respecto a consumidores, está la acelerada migración al comercio electrónico y a las interacciones digitales. Ello, además, ha contribuido a profundizar el conocimiento sobre los consumidores.
Tras estos cambios, los retailers (tiendas minoristas) se han enfocado en rastrear el comportamiento y preferencias de los consumidores que quedan registradas en su paso por sitios web o apps. Esta información complementa a la registrada y recopilada en puntos de venta y geolocalización en cada uno de los locales comerciales.
Ante esta combinación de entornos físicos y digitales utilizada por los consumidores, las empresas utilizan una combinación más robusta de analítica, procesamiento de enormes cantidades de datos, y tecnologías cognitivas, para crear una mayor cercanía y comprensión del trayecto de los clientes, así como sus cambiantes hábitos de compra.
Así es como logran diseñar una experiencia digital para el consumidor. El trayecto del cliente necesita ser lo más fluido posible, de lo contrario bastará un clic para que se vaya con la competencia. Las organizaciones que más prosperan, de hecho, son las que entienden y satisfacen integralmente al nuevo consumidor.
La analítica avanzada, machine learning, e inteligencia artificial ayudan a las organizaciones minoristas a visualizar, pronosticar y tomar decisiones más informadas; ajustándose a las tendencias de patrones de demanda de sus productos a través de un análisis de una gran cantidad de fuentes de datos para obtener insights (información) de los compradores y patrones de la demanda, y así comprender su evolución.
En este contexto, el máximo desafío para el sector comercial es el tiempo que se requiere para que el proceso de pronóstico de la demanda incorpore los rápidos cambios o picos de los consumidores, que son detonados por promociones vigentes, cambios repentinos del clima, sentimiento que privan en medios sociales y fenómenos económicos, sociales y sanitarios.
Necesidades
Héctor Cobo, VP regional de SAS para México, el Caribe, y Centroamérica.
Los comercios han adaptado sus canales, categorías, marcas y productos, a las nuevas necesidades de sus clientes.