Una vez instaladas en los teléfonos inteligentes, estas aplicaciones “descargan e instalan malware” para “robar identificadores y datos personales”, dijeron investigadores de la firma californiana Anomali.
No parecen distribuirse a través de los canales formales, como las tiendas de aplicaciones de Google o Apple, sino que se propagan a través de enlaces en otras aplicaciones o sitios web que animan a descargarlas.
“Los actores maliciosos continúan imitando las aplicaciones oficiales proporcionadas por las autoridades para aprovechar la confianza que inspiran”, dijo Anomali en un comunicado.
“El impacto global de la pandemia de covid-19 hace que el nombre del virus sea un símbolo de miedo. Estos actores explotan este miedo”, agregó la compañía.
Gobiernos de muchos países en asociación con empresas han desarrollado aplicaciones de seguimiento de contactos como una herramienta más para contener la epidemia.
Utilizan tecnologías de teléfonos inteligentes para determinar si los usuarios han estado en contacto con una persona infectada.
En Francia, por ejemplo, StopCovid permite a una persona que descubre que es portadora del virus advertir automáticamente sobre ello a todos los demás usuarios con los que ha tenido contacto en las últimas dos semanas.
Pero los especialistas digitales, abogados y activistas que defienden las libertades ven estas aplicaciones como el comienzo de una sociedad de vigilancia, donde los algoritmos saben todo sobre nosotros y constantemente nos envían instrucciones para seguir.
Anomali ha encontrado aplicaciones falsas implementadas en Brasil, Colombia, Armenia, India, Indonesia, Irán, Italia, Rusia y Singapur.
En algunos casos, se presentaban como la aplicación oficial del gobierno.
Una asociación británica emitió una advertencia similar el mes pasado contra una aplicación en Reino Unido.
Desde el comienzo de la crisis del coronavirus, se incrementaron las amenazas informáticas que tratan de aprovecharse de la vulnerabilidad de las personas que buscan información y soluciones.