Estar desconectado puede generar sentimientos de aislamiento, ineptitud o soledad, sostiene el informe The Great Digital Divide. Why bringing the digitally excluded online should be a global priority (La enorme brecha digital. ¿Por qué poner online a los excluidos debería ser una prioridad global?) que elaboró el Capgemini Research Institute, donde resalta que 46% de las personas que no están conectados se sentirían más conectados con amigos y familiares si tuvieran acceso a internet.
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El reporte subraya que, incluso sin la pandemia global, la brecha digital se relaciona con la edad, el ingreso y la experiencia. Casi 40% de las personas sin conexión que viven en la pobreza nunca han usado internet debido a su costo, y el grupo de edad con la mayor proporción de personas sin conexión tiene entre 18 y 36 años (43%). La complejidad del uso de internet (65%) y la “falta de interés” percibida, derivada del miedo (65%), también fue mencionada por ciertos segmentos de la población sin conexión.
Estas razones significan que las personas no pueden acceder a servicios públicos, tales como información importante sobre la salud, ya que los gobiernos recurren cada vez más a los recursos en línea.
“Es probable que el covid-19 tenga un impacto duradero en el acceso a los servicios públicos y las actitudes hacia oportunidades como el trabajo a distancia, por lo que existe una responsabilidad colectiva para las organizaciones que trabajan para hacer frente a la brecha digital de una manera que cree un cambio a largo plazo, no sólo una solución rápida”, señala Lucie Taurines, directora global de Inclusión Digital de Capgemini.
Hace unos días Ricardo Zermeño, presidente y fundador de la compañía de análisis Select, platicó con Forbes México sobre cómo la pandemia podría ser una oportunidad para que se acorte o en su caso se extienda la brecha digital.
“Donde hay una brecha tecnológica existen restricciones económicas. La pandemia desgraciadamente no las mejora. No dudo que haya habido hogares que hayan contratado banda ancha o más velocidad, pero afirmar que la brecha tecnológica disminuye en hogares o zonas que antes no contaban de manera general, no lo haría”, señaló.
Sin embargo el directivo aseguró que lo que sí prevé es que los usuarios o sectores que sí contaban con servicios ante la pandemia podrían haber aumentado sus capacidades.
“Sí creo que los que tenían han aumentado sus enlaces y capacidad y que haya algunos estratos económicamente fuertes que si no tenían, ahora estén contratando, pero no en los sectores más rezagados”, dijo.
Estar desconectado limita el desarrollo profesional
La investigación elaborada a más de 1,300 personas que no están conectadas, por parte de Capgemini, detalló que sólo 19% de las personas sin conexión que viven en pobreza señalaron que habían solicitado un servicio público durante los últimos 12 meses debido a sus ingresos, edad, discapacidad o cualquier otro factor.
Esto podría resultar problemático cuando la administración electrónica y los servicios públicos en línea son cada vez más frecuentes, cita el reporte. 34% de los encuestados expresó interés en usar internet para solicitar servicios públicos como vivienda, alimentos y atención médica, siguiendo la transformación digital de los servicios públicos y las crecientes dificultades para su administración en línea.
Capgemini, señala que la dificultad para solicitar empleos en línea y la falta de acceso a herramientas de aprendizaje y educación en línea pueden hacer que la movilidad profesional ascendente sea más desafiante para la población sin conexión a internet, mientras que la falta de desarrollo de habilidades digitales puede inhibir el potencial de desarrollo profesional una vez que ocupa un cargo laboral: 44% de los encuestados sin conexión creen que podrían encontrar trabajos mejor remunerados y capacitarse si tuvieran acceso a internet.
En general, 29% de los encuestados sin conexión desearían poder buscar y solicitar trabajos en línea; este porcentaje aumenta a 41% para personas entre 22 y 36 años.