Según explica la doctora en Nutrición Alicia Avendaño, las vitaminas y minerales que contiene el tomate se aprovechan mejor cuando se consumen crudos, y es recomendable degustarlos con todo y cáscara, porque ésta, igual que la pulpa, contiene sodio, potasio, fibra y licopeno.
Precisamente el licopeno proporciona el pigmento rojo y tiene importantes efectos medicinales. Por ejemplo, se sabe que es antioxidante y actúa como agente anticancerígeno, porque interfiere en la reacción en cadena de los radicales libres. Además, está asociado con menor incidencia de cáncer de próstata y se aconseja su ingesta en pacientes que ya tienen el padecimiento, porque se ha comprobado que lo reduce hasta en 40 por ciento.
Sin embargo, personas alérgicas o que padezcan psoriasis, así como quienes tengan el ácido úrico elevado, deben abstenerse de comerlo porque tiende a exacerbar las molestias, y por su acidez tampoco es adecuado para pacientes con gastritis.
Ni de aquí ni de allá
Perteneciente a la familia Solanaceae -una de las más importantes a nivel agrícola-, el tomate (Lycopersicon esculentum) es pariente cercano de la papa, berenjena, miltomate, chile y tabaco.
Respecto de su lugar de origen, existe controversia. Algunos investigadores señalan que es nativo de Mesoamérica y otros de Sudamérica, concretamente de Perú. Quienes argumentan que la planta es originaria de México sostienen que en ese país aún crece su ancestro, conocido como tomatillo (Lycopersicon esculentum Var. ceraciforme), que se consume preparado en chirmol.
Este fruto se caracteriza por ser sumamente pequeño y más ácido que el tomate corriente. En Guatemala puede encontrarse en Chiquimula, Zacapa, Jalapa, El Progreso, Jutiapa, Escuintla y Retalhuleu, explica el ingeniero Francisco Vásquez, de la Facultad de Agronomía de la Universidad de San Carlos, USAC.
Virtudes
El tomate actual es considerado producto de la domesticación del hombre, quien de seguro incrementó el tamaño del fruto a partir de formas silvestres como la mencionada.
Gracias a su fácil reproducción y ciclos cortos, este vegetal es muy utilizado en la investigación científica para trabajos de Fisiología (ciencia que estudia el funcionamiento de los organismos) y Citogenética (que estudia la relación entre las células y la herencia).
Vásquez agrega que hace unos 10 años su demanda comercial era de ?variedades?, pero en época reciente empezó el requerimiento de híbridos, debido a su alto rendimiento y a la resistencia a enfermedades.
Los cultivos de tomate fueron de los primeros transformados genéticamente: en una variedad se bloqueó el proceso de maduración, lo cual prolongó el tiempo de vida del fruto a temperatura ambiente, lo que también repercute de manera beneficiosa para su transporte y venta.
Híbridos comerciales
El ingeniero Harold Sagastume, de la empresa Hortitec, indica que en la actualidad los híbridos de tomate que se comercializan son del tipo saladete o pera, para consumo local.
Los conocidos como ?chibola? que son de tamaño intermedio se exportan para San Salvador, y los manzanos se distribuyen en restaurantes y en bandejas para supermercados; sólo una pequeña parte se queda en el país.
Asimismo, en la región de Esquipulas se está cosechando el tipo Antigua, que se caracteriza por su tamaño, sabor dulce y resistencia a pseudomonas.
En cuanto al proceso de cultivo de los híbridos, Sagastume comenta que las semillas se siembran en bandejas conocidas como pilones, donde se vierte un sustrato especial que garantiza el adecuado sostén, aireación y humedad para las futuras plantas, que luego son trasladadas al campo definitivo. Por lo general, se trabaja con ejemplares de crecimiento determinado, que no necesitan ser podados ni crecer en invernaderos.
A causa de que cada semilla híbrida cuesta alrededor de siete centavos, los agricultores deben tener cuidado de que los pilones estén a resguardo de aves u otros animales domésticos. Sin embargo, las semillas garantizan hasta 90 por ciento de germinación y el rendimiento promedio que puede obtenerse es de mil a 1,500 cajas de tomate por manzana de terreno cultivado. Lo anterior también contribuye a que el agricultor pueda recuperar la inversión de 30 ó 35 mil quetzales que aproximadamente cuesta la siembra de esta hortaliza.
Programas de mejoramiento genético
Tienen como objetivo obtener variedades o híbridos de alguna especie vegetal, y se elaboran para responder a la demanda de agricultores que requieren plantas más productivas y más resistentes a enfermedades y plagas.
En el primer caso, el investigador va a un campo de cultivo y selecciona la planta que haya tolerado algún tipo de contaminación; luego, de los frutos saca las semillas y las siembra. Si la elección fue adecuada, los nuevos ejemplares serán resistentes a esa enfermedad.
Los híbridos son el resultado de cruzamientos de plantas. Por ejemplo, el de una que sea resistente, con otra cuyos frutos sean grandes y bonitos. No obstante, las semillas que se obtienen de estos ejemplares no son apropiadas para la siembra, porque las plantas resultantes ya no tienen las mismas características, concluye Vásquez.
