Experimentar ha sido su vida. “Cuando se entra en el dominio del arte es un compromiso de vida, no hay vuelta atrás; los cambios serán constantes, cada experiencia te marca el nuevo rumbo”, dice el artista, nacido en San Pedro Sacatepéquez, San Marcos, en 1959.
Hace 38 años presentó su primera exposición. “El impulso creativo se trae en las venas, pero no es cuestión de probar suerte, es de afrontar el proceso creativo que se manifiesta pero a la vez se te escurre de las manos, porque te das cuenta que lo perfecto no existe”, añade.
A través de sus series, hace poemas visuales con la historia de Guatemala y sus tragedias, masacres, injusticias, aunque también hay espacio para los momentos y personas que merecen honra.
“En Guatemala son contados los artistas que han logrado sobrevivir a su propia concepción de guatemalidad, Mérida, Asturias, Recinos, Orellana, entre otros son verdaderos héroes”, dice.
Al preguntarle la razón por la cual dedica una serie de sus obras al maestro Carlos Mérida (1891-1984), responde sin dudar: “Mérida fue muy consciente del poder y de la dimensión de la herencia maya, en su obra logró desarrollar principios alrededor del Popol Vuh, como también conectar con el modernismo e introducirlo a Guatemala. Este año empecé un proceso investigativo alrededor de la obra del maestro y logré concluir 13 obras que rinden un humilde homenaje al icono de la modernidad guatemalteca”.
Curiosamente, el año en que murió Mérida, 1984, fue en el que Cotton recibió una beca artística en Francia, estadía que se prolongó por varios años y que le permitió encontrar, lejos de su patria, las claves del lenguaje artístico de su propuesta.
La muestra abre el jueves 17, a las 19 horas, en el Museo Ixchel, zona 10.