Antes de conocer cuáles son las características del vino rosado, es necesario aclarar algunas dudas sobre su proceso de fabricación. “La mayoría tiene la percepción de que este resulta de una mezcla de vino tinto y blanco, pero no es así. Se obtiene del procedimiento normal del tinto. Es decir, se maceran las uvas, pero se filtra la cáscara -responsable del color- antes de tiempo, para que quede de una tonalidad rojo pálido”, explica Jorge Solís, gerente de Corchos y experto en vinos.
De acuerdo con el sumiller argentino Santiago Dalmaso, algunos fabricantes también optan por mezclar uvas blancas y tintas para que el color rojizo tenga un tono particular. “Esta fusión solo es posible si la denominación de origen de la cepa lo permite. De lo contrario, lo más frecuente es que se altere un poco el tiempo de maceración”, destaca.
También hay otras variantes en el procedimiento de elaboración que influyen en el color rosado. Por ejemplo, el prensado (aplastar el mosto) da las tonalidades más claras, mientras que el sangrado (maceración) es el responsable de los tonos más oscuros.
En la copa
Además del color, otra importante característica de esta bebida es el sabor, el cual siempre tendrá matices de dulzura. “En general, los vinos siempre dejarán una sensación levemente astringente (ácida) en el paladar. En el caso de los rosados, hay una mayor suavidad y tonos dulces, por lo que siempre aportarán una sensación refrescante en cada trago”, asegura Dalmaso.
Por su parte, Solís afirma que en Guatemala los vinos rosados se vinculan con lo dulce, pues las primeras variedades de este tipo que se introdujeron en el país tenían ese sabor y los consumidores se quedaron con esa costumbre.
“También es conveniente recordar que durante la fermentación de un vino se pueden añadir sabores afrutados. Dependerá de la marca, el tipo de cepa y el lugar de origen, pero cuando bebemos vino rosado podemos distinguir toques de banano, limón, mandarina, sandía, moras, fresas y arándanos. Puede que al principio solo percibamos lo dulce, pero, conforme vayamos experimentando, lograremos identificar los sabores de las frutas”, destaca el sumiller argentino.
Origen de las uvas
Es normal que los conocedores del vino sepan en dónde se cosechan las mejores cepas de uvas para los tintos, blancos y rosados. Sin embargo, Dalmaso dice que esto es un tema que se relaciona con el gusto personal. “Por ejemplo, a mí me agrada mucho los derivados del malbec argentino, pero no puedo negar que en España e Italia producen un excelente vino rosado”, añade el sumiller.
A criterio de Solís, el incremento del consumo de esta bebida ha provocado que más países se sumen a la fabricación del vino rosado. “Creo que la región francesa de Provence es donde tienen los mejores rosados a nivel mundial, ya que lo han hecho por varias generaciones”, añade.
¿Cuándo beberlo?
Tanto Solís como Dalmaso aseguran que no hay reglas para tomar una copa de vino rosado. “Mucha gente dice que son ideales para un brindis o son excelentes para acompañar los postres, pero la verdad es que no hay ninguna norma que establezca eso”, aclara el sumiller.
En países como Guatemala, que se caracteriza por su clima tropical, se toma con mayor frecuencia en lugares donde hace calor. “En los meses más calurosos aumenta el consumo de vinos blancos, tintos y espumantes, pues estos deben consumirse a una temperatura que varía entre los 9 y 12 grados Celsius”, afirma Solís.
También hay que considerar que el vino rosado es excelente para preparar otro tipo de bebidas, como las sangrías. “Si frecuentamos un bar, dejemos que el barman nos sorprenda con algún trago preparado. Así nos vamos a dar cuenta lo versátil que puede ser el vino rosado”, recomienda Dalmaso.
De acuerdo con Solís, conviene destacar que, una vez abierta la botella, no se aconseja guardar el vino en el refrigerador más allá de un par de horas, ya que, para apreciar todas sus características, hay que beberlo fresco.
Maridaje
Durante años ha dicho que el vino tinto se toma con carne roja; el blanco, con pollo o pescado; y el rosado, con postres. Sin embargo, los expertos en bebidas y gastronomía dicen que no necesariamente debe ser así.
“El error más grande que puede hacer un supuesto experto en vinos es intentar establecer normas sobre cómo debe consumirse. Las personas tienen derecho a experimentar y a equivocarse. Mi principal consejo es que prueben y experimenten. No es pecado que yo tome un vino rosado con carne roja”, enfatiza Dalmaso.
Para Solís, este tipo de vino es el acompañante perfecto de cualquier comida, debido a que su sabor es muy versátil y combina con todo. “Puede ser un aperitivo. Pero también puede maridarse con postres, entradas y platillos más completos”, destaca.
Recomendaciones de un chef
Tomando que el vino rosado puede maridarse con cualquier tipo de comida dulce o salada, el chef Roberto Quezada ofrece algunas ideas para degustarlo.
- “No es cierto que los postres tengan mejor sabor si los comemos con un vino rosado, pero la experiencia puede ser agradable o diferente. Por ejemplo, los pasteles muy dulces combinan bien con un vino rosado de matices cítricos. Lo ácido minimizará la explosión del azúcar en nuestra boca”, sugiere el chef.
- Este tipo de vino combina con cualquier queso, pero especialmente con los de sabor delicado, como el mozzarella, el gouda, el Gruyère y el Brie. Como el vino se toma frío, también es interesante mezclarlo con queso fundido o alguna receta que incluya queso derretido.
- Las ensaladas agridulces, con semillas o aderezos afrutados, son una excelente opción para acompañar este vino. También podría maridarse con sopas o entradas que incluyan vegetales a la parrilla, pan tostado y dips.
- “Personalmente he probado el vino rosado con salmón y cordero. Estas carnes son tan finas que necesitamos beber algo que no modifique tanto su sabor”, dice Quezada.
- Si usted acostumbra a hacer brunch el domingo, mientras come ese platillo que mezcla ingredientes del desayuno y el almuerzo, una copa de vino rosado bien fría es una excelente opción.
- “El vino rosado también es una buena alternativa para aquellas personas que no están acostumbradas a beber alcohol, pues su sabor es muy suave y delicado”, afirma el experto en gastronomía.
- Si usted organiza una reunión de amigos y quiere hacer un entremés con boquitas y bebidas livianas, puede optar por una botella de rosado.
- “Aunque parece contradictorio, si decidió que sus entradas serían frutas, como fresas, uvas y kiwis, pruebe maridarlas con vino rosado. No se arrepentirá”, aconseja el chef.
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