Otros estudios apuntan a una relación contraria entre el ácido fólico —vitamina B9— y el autismo, al mostrar que cantidades adecuadas de esta pueden reducir de manera significativa el riesgo.
El estudio concluyó que niveles excesivos de folatos y vitamina B12 en sangre en la gestación aumenta en hasta 17.6 veces el riesgo de que el neonato desarrolle autismo en su infancia.
Algunos expertos cuestionaron aspectos del nuevo estudio, llevado a cabo por investigadores de la Escuela de Salud Pública Bloomberg de la Universidad John Hopkins en Baltimore (EE.UU.), e hicieron notar que las conclusiones son cifras preliminares y basadas en un pequeño número de familias en un solo hospital.
Además, el análisis se basó en mediciones de la vitamina en la sangre de la madre en el momento del nacimiento, lo que pudiera no revelar mucho sobre lo que sucedía en el cuerpo de la mujer durante el desarrollo inicial del cerebro del feto.
Los autores del estudio dijeron que no hay razón para cambiar las actuales recomendaciones. “Nosotros no sugerimos que nadie deje de tomar los suplementos”, dijo M. Daniele Fallin, de la Universidad John Hopkins.
“Es una conclusión que tiene verosimilitud”, dijo el doctor Ezra Susser, profesor de Epidemiología y Psiquiatría de la Universidad de Columbia, al aseverar que otros expertos se han preguntado si demasiado ácido fólico puede causar problemas.
El ácido fólico es una vitamina hallada en alimentos, como las lentejas y hojas verdes, que ayudan al crecimiento celular y el desarrollo del sistema nervioso. Una versión sintética es usada en suplementos y para fortificar cereales y harina.