Ante el crecimiento de infestaciones de chinches en ciudades como Nueva York o Londres, los científicos estudiaron quiénes podrían ser más propensos a sufrir de estas picaduras.
El profesor Michael Siva-Jothy, dirigente del estudio, reclutó a 29 valientes voluntarios para probar su hipótesis en la cual establece que el vello es clave para prevenir las picaduras.
El investigador estableció que las chinches avanzan lentamente cuando caminan por los vellos por lo que advierte a la víctima de alguna picadura.
Asimismo, el experto estableció que los vellos tienen terminaciones nerviosas que hacen posible la detección de cualquier desplazamiento en la piel.
Sin embargo, el investigador sí estableció que estos insectos al encontrarse en espacios de vello, tienden a situarse en regiones que carecen de vello como las muñecas o los tobillos.
Los expertos aseguran que en muchas ocasiones el vello pasó como una característica física del hombre que ha prevalecido en la evolución; sin embargo, esta característica podría establecer que el vello sirvió como una capa protectora para que el hombre no fuera afectado por los insectos.