Las vacunas se utilizan para reforzar el sistema inmunitario y prevenir enfermedades graves y potencialmente mortales, afirma el portal Medlineplus. Estas le enseñan al cuerpo cómo defenderse cuando microorganismos, como virus o bacterias, lo invaden.
Cómo funcionan las vacunas
El organismo es expuesto a una cantidad muy pequeña y segura del virus o bacteria que ha sido debilitado, entonces, el sistema inmunitario aprende a reconocerlo y a atacar la infección si en caso está expuesto a ella posteriormente. Como resultado, no se enfermará o tendrá consecuencias graves de la enfermedad. Esta es una forma natural de hacerle frente a enfermedades infecciosas.
Durante unas semanas después del nacimiento, los bebés tienen algo de protección contra los microbios que les causan enfermedades. Esta protección se transmite de la madre a través de la placenta antes del nacimiento. Después de un corto tiempo, esta protección natural desaparece.
Allí es cuando se requieren las vacunas que ayudan a proteger contra enfermedades que solían ser mucho más comunes años atrás. Por ejemplo, contra los tétanos, difteria, paperas, sarampión, tos ferina, meningitis y poliomielitis. Estas enfermedades pueden generar consecuencias graves, hasta mortales, pero gracias a las vacunas ahora son poco frecuentes.
Actualmente, hay disponibles cuatro tipos diferentes de vacunas:
- Las vacunas de virus vivos usan la forma del virus debilitada (o atenuada). La vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubéola (triple viral) y la vacuna contra la varicela (viruela) son ejemplos.
- Las vacunas muertas (inactivadas) se hacen de una proteína u otros pequeños fragmentos tomados de un virus o bacteria, como la vacuna contra la tos convulsiva (tos ferina).
- Las vacunas toxoides contienen una toxina o químico producido por la bacteria o virus. Estas lo hacen inmune a los efectos dañinos de la infección, en lugar de a la infección en sí. Algunos ejemplos son las vacunas antidiftérica y antitetánica.
- Las vacunas biosintéticas contienen substancias artificiales que son muy similares a pedazos de virus o bacterias, como la vacuna contra la hepatitis B.
Quién inventó la primera vacuna
La creación de la primera vacuna fue en el contexto de la propagación de la viruela en todo el mundo. Esta es una enfermedad contagiosa que puede producir desfiguración y ser mortal.
Conforme crecía la población mundial y los viajes a otros países y continentes aumentaban, el virus se expandía a más lugares, dejando a miles de víctimas. Se estima que 300 millones de personas murieron a causa de esta enfermedad en el siglo XX.
Previo a la vacuna, uno de los métodos que se utilizaban para prevenir la viruela era un tratamiento llamado “variolización”, que consistía en dar una dosis del virus a una persona sana para que se enfermara levemente y después quedara inmune. En algunos casos, soplaban por la nariz pedazos de las costras de las pústulas de los enfermos a personas sanas, relata la BBC.
Aunque este tratamiento salvó muchas vidas, el riesgo consistía en que una persona sana se podría enfermar gravemente si la pus que inoculaban era de una pústula joven. Entonces, solo se propagaba más la viruela.
En ese contexto, Edward Jenner, un inglés que hacía prácticas médicas, descubrió que las personas que habían sufrido viruela bovina tenían inmunidad a esta enfermedad. Según la BBC, una mujer llegó a consultarle por unos granos que tenía en la piel, ella le dijo que sabía que trabajaba como ordeñadora y que sabía que no era viruela porque hace poco tiempo le había dado viruela bovina.
Derivado de esta declaración, Jenner comenzó a hacer estudios sobre la relación entre la viruela bovina y la de los humanos. En 1775 descubrió que si se tomaba un extracto de una llaga de viruela bovina y se la inyectaba a un ser humano, esa persona quedaba protegida de viruela. Sin embargo, fue hasta 1796 que inoculó a su primer paciente, un niño de 8 años llamado James Phipps.
En 1798 publicó su estudio y acuñó el término “vacuna” del latín “vacca”. De esta forma, su experimento inició la era de las vacunas. En 1980 se erradicó la viruela natural de todo el mundo.
Cuáles son las vacunas más importantes para el ser humano
Debido a que las vacunas se utilizan para reforzar el sistema inmunológico y así prevenir enfermedades, son varias las recomendables. La edad para colocarla variará de cada una. Mario Melgar, infectólogo, comenta cuáles son las algunas de las más importantes:
Vacuna TDaP: Protege contra difteria, tétanos y tos ferina materno, neonatal. Se coloca una única dosis a partir de los 5 meses de embarazo. Se debe aplicar en cada embarazo.
Hepatitis A: La única dosis requerida se coloca al año y 3 meses de nacido.
Hepatitis B: Se coloca al recién nacido y se tiene una única dosis.
Vacuna BCG: Previene la tuberculosis en sus formas más graves y se coloca al recién nacido.
Poliomielitis y Pentavalente: la primera previene la polio, parálisis y discapacidad física, mientras que la segunda previene cinco enfermedades: Difteria, Tétanos, Tos ferina, Hepatisis B y Meningitis. La primera dosis de amabas se coloca a los primeros dos meses de vida, la segunda dosis a los 4 meses y la tercera a los 6. La Poliomielitis requiere un refuerzo a los 18 meses y a los 4 años.
Rotavirus: Previene infecciones graves y complicadas por diarrea o deshidratación causadas por rotavirus. La primera dosis se coloca a los 2 meses de nacido y la segunda a los 4.
Neumococo: Protege contra neumonías, otitis media y otras infecciones graves o invasivas causadas por Streptococcus pneumoniae. La primera dosis se coloca a los 2 meses de nacido y la segunda a los 4. Se requiere de un refuerzo al año de nacido. En los adultos mayores se colocan dos dosis, la segunda seis meses después de la primera.
Vacuna DPT: Previene las enfermedades Difteria, Tétanos y Tos ferina. Se coloca una dosis a los cinco meses de embarazo, luego se coloca un refuerzo cuando el bebé tiene 18 meses y a los cuatro años.
Vacuna SRP: Previene el sarampión, paperas y rubéola. La primera dosis se coloca al primer año de nacido y la segunda dosis al cumplir 18 meses de nacido.
Vacuna VPH: Previene el cáncer cervicouterino. Se puede colocar a los 9 años y una segunda dosis después de 6 meses de la primera. Si se es mayor de 15 se requieren tres dosis: la segunda un mes después de la primera y la tercera cinco meses después de la segunda.
Influenza: A partir de los seis meses de nacido se coloca la primera dosis y la segunda a los 7. Para los adultos mayores se recomienda una dosis al año.
Varicela: Previene la varicela y sus complicaciones. La única dosis se coloca al año y medio de haber nacido.
Vacuna TT y antirrábica: La vacuna antitetánica (TT) se coloca una única dosis en caso de accidentes con heridas contaminadas, contacto o mordedura de animales. La antirrábica se coloca en la misma situación, pero se requiere cinco dosis los días: 1, 3, 7, 14 y 28 del incidente. Luego, un refuerzo optativo a los 3 meses.