“La niñez y adolescencia que ya tiene un pensamiento digital ama estar frente a una computadora. Quizá lo que ha sido tormentoso en este tiempo ha sido que no todos los maestros han logrado trasladar sus clases presenciales a un formato digital dinámico, por ello los alumnos se sienten cansados. Pero si hablamos de premios o incentivos en el aula, lo que piden son vídeos o actividades digitales. Por ello, alejar a los niños de la tecnología no funciona, lo ideal es calcular las horas que dedican a estas distracciones”, afirma Liliana Mejía, licenciada en educación.
La experta comenta que la tecnología no es mala en la formación de la niñez, al contrario, es de gran ayuda para entender mejor su entorno. Sin embargo, el problema consiste cuando por dedicar varias horas a lo digital no se hagan actividades sociales y físicas al aire libre, lo cual podría provocar consecuencias relacionadas al desarrollo cognitivo, emocional, físico y social. Entonces, no se debe tratar de alejar a los infantes de las pantallas, sino decidir en qué momento es adecuado que la usen y para qué.
¿Cuándo alejarlos?
De acuerdo con Carlos Gutierrez, psicólogo infantil, no existe una formula que determine cuándo alejar a la niñez de la tecnología. Esto dependerá de la edad del niño y del tipo de actividad que haga frente a la televisión. Por ejemplo, si está viendo una película como padre puede indicarle que solo está permitido ver una película al día; si es una serie podrían ser dos capítulos.
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Si se trata de videojuegos, entonces depende de qué tipo de juego es, ya que para algunos una hora no es suficiente para disfrutarlo, ya que requieren de concentración y análisis para hacer una jugada. Lo ideal es que el adulto esté enterado del tipo de juegos que utiliza el menor de edad.
Cada generación hace un nuevo uso de la tecnología y para saber qué hacen, hay que dedicarles tiempo. Los adolescentes quizá pasen más tiempo chateando con sus amigos o en redes sociales, por lo que controlar los tiempos de uso será más difícil. “En este caso, lo aconsejable es dejarlos más tiempo pero que también se relacionen con la familia. Es decir, que dediquen tiempo para conversar”, dice el psicólogo.
Si estar con la pantalla provoca que el niño o adolescente no tenga otras relaciones con amigos o familia estamos ante un problema, pero si lo hace y tiene una vida social razonablemente sana, pero con esta afición a los videojuegos o tecnología, entonces es un uso saludable.
Actividades creativas
Para las vacaciones de fin de año es común que los padres de familia busquen nuevas actividades para entretener a sus hijos. Debido a que el resto del año han pasado frente a la computadora, ahora desean hacer actividades alejadas de las pantallas.
Los expertos indican que, si el adulto no sabe en qué entretener a los pequeños, es adecuado que los deje aburrirse, ya que esto fomenta la creatividad. Ellos comienzan a buscar qué hacer para entretenerse y ver las opciones que tienen a su alrededor, quizá sus juguetes, libros para colorear, o si ya son más grandes, pueden buscar su compañía.
“Los padres de familia deben proponer actividades que ellos también disfruten hacer. No es u obligación entretener al niño, sino lo ideal es que disfruten el tiempo juntos. Entonces, si al adulto le gusta cocinar y al niño le llama la atención, es una actividad ideal para ambos. No podemos obligar a la niñez a hacer algo que no le gusta, pero tampoco a los adultos”, dice Mejía.
La licenciada en educación agrega que las tareas del hogar no deben faltar en la planificación de las actividades recreativas durante vacaciones. El tiempo libre y alejados de la tecnología es funcional para volverlos aliados a hacer las tareas básicas de la casa, como hacer su cama, barrer, trapear, ordenar su cuarto, lavar los trastes o separar la ropa sucia. “Las actividades recreativas no deben saturar el tiempo de los padres, pero tampoco de los hijos. Hacer las tareas juntos ayuda a ambos”, enfatiza.
El exceso de pantallas hace pensar a los niños que todo está bien cuando se queda en un rincón en su mundo y nadie interfiere, por eso es importante quitar esta idea y hacerle ver que afuera también hay diversión. Optar por actividades al aire libre como practicar algún deporte, actividades culturales como visitas a los museos, exposiciones de arte u otras formas de recreación culturales también serán de beneficio para su formación.
Improvisar los propios juegos de la familia son buena opción para pasar tiempo juntos en familia. Dedicar una noche a la semana a jugar juegos de mesa en donde también participen los adolescentes, ver una serie o película todos juntos o armar su propio club de lectura en donde en conjunto decidan el libro a leer y en cuánto tiempo se reunirán a hacer sus comentarios.