El poder y la importancia de las vacunas ha sido evidenciado históricamente y con el paso de los años. De hecho, la Alianza para la Vacunación GAVI, señala que entre 1990 y 2017 la inmunización contribuyó a reducir a la mitad el número de muertes de niños menores de cinco años, mientras que en países de bajos ingresos salva cinco vidas por minuto, previniendo hasta tres millones de muertes a nivel global cada año.
El esquema de vacunas protege a millones de niños y evita lesiones, discapacidades e incluso la muerte. Dentro del foro virtual para hablar sobre la importancia de garantizar esquemas completos para niños y adultos de Pfizer, el médico Carlos Torres, infectólogo pediatra, miembro del Comité de Vacunas de Infecciones de la Sociedad Colombiana de Pediatría y de la Sociedad Latinoamericana de Infectología Pediátrica, asegura que “el no vacunarse no es un simple acto de autonomía y decisión personal, sino un acto en contra de la sociedad y de cada uno de sus miembros”.
Agrega el especialista que, “las enfermedades prevenibles por vacunas tienen un potencial de generar brotes en la comunidad, epidemias o pandemias. Las consecuencias generadas de esa transmisión a la población, en términos de costos, muertes y sufrimiento, tienen un impacto en todos, particularmente en sistemas como el nuestro, en donde la salud es un bien público, solidario. Es por esto por lo que, la vacunación junto con los antibióticos y el agua potable son las tres medidas que han permitido casi duplicar la esperanza de vida en los últimos 150 años”.
Retroceso peligroso
En solo cinco años, la pauta completa de vacunación de difteria, el tétanos y la tosferina (DTP3) en América Latina y el Caribe ha descendido del 90 por ciento en 2015 al 76 por ciento en 2020, según datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y UNICEF. Esto significa que uno de cada cuatro niños y niñas en la región no ha recibido el esquema completo de vacunación de rutina que le protegería de múltiples enfermedades.
Los expertos explican que la disminución de las coberturas de vacunación ya había iniciado antes de la aparición de la pandemia, pero la suspensión o programación irregular de muchos servicios básicos de salud durante estos últimos dos años y el miedo de las personas a contagiarse de covid-19 durante visitas a centros de salud está dejando a muchos niños y niñas sin vacunas.
Mientras más niños y niñas no tengan acceso a las vacunas, más oportunidades hay para que enfermedades como el sarampión se extiendan. Ya han ocurrido brotes epidemiológicos que pueden prevenirse con vacunas.
Por ejemplo, mientras en 2013 se registraron sólo 5 personas con difteria en toda la región, en 2018 se registraron casi 900 casos, según datos de la OPS. El sarampión es un caso de mayor preocupación pues es causada por un virus altamente contagioso: en 2013 hubo casi 500 casos; pero en 2019, más de 23 mil personas padecieron esta enfermedad.
Un artículo publicado en Prensa Libre compartió durante el primer año de pandemia, la cobertura de vacunación en niños llegó, en promedio, a un 86 por ciento, cuando la Organización Mundial de la Salud ha establecido que se debe estar por arriba del 95 por ciento. La caída más severa se observa en la vacuna contra la hepatitis B, que debe aplicarse en las primeras 24 horas de vida del infante y el alcance fue del 69 por ciento, según datos del Sistema de Información Gerencial de Salud (Sigsa).
En el 2021, el impacto fue más drástico. La cobertura general descendió otros 10 puntos porcentuales, pues se llegó a un 76 por ciento, y de nuevo el nivel de la aplicación de dosis contra la hepatitis B fue baja, pero también las segundas dosis contra la difteria, tos ferina y tétano (DPT R2), así como contra la poliomielitis.
El médico pediatra Édgar Beltetón expresa que es importante y urgente completar los esquemas de vacunación. “Se tiene el mito que cuando los niños están enfermos de alguna enfermedad respiratoria no es posible vacunarlos, pero por el contrario en el momento que los niños llegan a consulta es posible aprovechar a que sean vacunados”, agrega.
Si los niños no reciben las dosis correspondientes en el regreso presencial a clases también los deja en riesgo de contagios de todo tipo de virus cuando no se está vacunado. “Una estrategia podría ser que salas cuna, escuelas y centros educativos soliciten el carné de vacunación porque esto evitará otras epidemias”, agrega Beltetón.
A los padres y encargados explica que ellos tienen el poder de proteger a sus hijos por medio de la vacunación y es importante mantener la confianza en ella.
¿A qué ayuda cada vacuna?
Unicef ha compartido información sobre las principales vacunas y las enfermedades que podrían llegar a evitarse.
Vacuna |
Enfermedad |
Síntomas y efectos |
---|---|---|
BCG | Tuberculosis | La tuberculosis es una infección que, en la mayoría de los casos, ataca a los pulmones, pero en los niños afecta a otros órganos, como el cerebro. Podría causar la muerte. |
Hep B | Hepatitis B | El virus de la hepatitis B es una peligrosa infección del hígado que, en niños, puede tardar años en revelar sus síntomas. En edades más avanzadas puede manifestarse en forma de cirrosis y cáncer de hígado. |
Poliomielitis | Poliovirus | La poliomielitis es un virus que paraliza a 1 de cada 200 personas que lo contraen. De esos casos, entre el 5% y el 10% mueren por la parálisis de los músculos respiratorios. Una vez que aparece la parálisis, no hay cura para la poliomielitis: solo un tratamiento para aliviar los síntomas. |
DTP | Difteria | La difteria infecta la garganta y las amígdalas y, como consecuencia, a los niños que la padecen les cuesta respirar y tragar. Los casos graves pueden ocasionar daños en el corazón, los riñones y/o los nervios. |
DTP | Tétanos | El tétanos provoca contracciones musculares muy dolorosas. Puede causar rigidez en el cuello y la mandíbula de los niños (trismo), impidiéndoles abrir la boca, tragar (o amamantar) o respirar. Incluso con tratamiento, el tétanos suele ser mortal. |
DTP | Tos ferina | La tos ferina provoca toses que pueden durar semanas. En algunos casos, puede dificultar la respiración y causar neumonía o incluso la muerte. |
Hib | Haemophilus influenzae de tipo B (Hib) | Hib es una bacteria que causa neumonía, meningitis y otras infecciones graves casi exclusivamente en niños menores de cinco años. |
Neumocócica | Enfermedades neumocócicas | Las enfermedades neumocócicas abarcan desde enfermedades graves, como la meningitis y la neumonía, hasta otras más leves como sinusitis o infecciones de oído. Consideradas una causa común de enfermedades y muertes en todo el mundo. |
Rotavirus | Rotavirus | Los rotavirus pueden ocasionar vómitos y diarreas graves que pueden provocar deshidratación, desequilibrio de electrolitos y shock en niños. Si el tratamiento no se comienza de inmediato, especialmente el reemplazo de fluidos, la persona que lo padece puede morir. |
MMR | Sarampión | El sarampión es una enfermedad muy contagiosa. Algunos de sus síntomas son fiebre, congestión nasal, manchas blancas en el fondo de la boca y sarpullidos. Los casos más graves pueden causar ceguera, edema cerebral y la muerte. |
MMR | Paperas | Las paperas pueden causar dolor de cabeza, malestar general, fiebre e inflamación de las glándulas salivales. Algunas de sus posibles complicaciones son meningitis, inflamación en los testículos y sordera. |
MMR | Rubeola | La infección de la rubeola en niños y adultos suele ser leve, pero en mujeres embarazadas puede provocar aborto, muerte del feto, muerte del bebé o defectos congénitos. |
VPH | Virus del papiloma humano (VPH) | El VPH no suele presentar síntomas, pero algunas variedades pueden causar cáncer de cuello uterino (el cuarto cáncer más común en mujeres). La causa de casi todos los casos de cáncer de cuello uterino (el 99%) es el VPH. El VPH también puede provocar la aparición de verrugas genitales tanto en hombres como en mujeres, así como cáncer en otras partes del cuerpo. |