“Esta es una estrategia extraordinariamente prometedora de tratamiento focalizado”, anunció Derek Duckett, que lideró uno de los tres laboratorios que participaron en la investigación.
El primer hallazgo consistió en vincular la cantidad anormal de una determinada enzima con la presencia de cáncer de pecho. Esta enzima se activa con una proteína que una vez localizada se convirtió en el foco de las investigaciones.
Así, los científicos se centraron en encontrar cómo bloquear esta proteína y dieron con “un inhibidor altamente selectivo y potente”, en palabras de Ducket, profesor en el instituto científico de Florida.
Esto significa que no solo es un tratamiento eficaz sino que además actúa directamente sobre el tumor, con lo que se minimiza el daño a las células sanas.
El tratamiento se aplicó primero a animales y después del éxito obtenido, se puso en práctica también con pacientes reales con tejidos tumorales en la mama.
Este tipo de inhibidores como el descubierto por estos laboratorios de Florida son estudiados por muchos otros centros de investigación contra el cáncer, por lo que el profesor William R. Roush, también del TSRI, advirtió del amplio impacto que puede tener el avance.
“Estamos esperanzados en que este hallazgo sirva de plataforma y se traduzca en aplicaciones clínicas”, señaló Roush. “Estos resultados son solo la punta del iceberg”, añadió.