Como explica Scarlett Lin Gomez, directora del estudio, si bien otras investigaciones previas han hallado un efecto protector similar asociado al matrimonio, el nuestro es el primer estudio basado en una gran muestra de población en el que se ha evaluado el grado en el que los recursos económicos podrían explicar estos factores.
“Nuestros hallazgos indican que los médicos y demás profesionales sanitarios que tratan a pacientes con cáncer que no se han casado deberían preguntarles si hay alguien disponible en su entorno social para ayudarles física y emocionalmente”, añade Lin Gómez, según el sitio abc.es.
Para llevar a cabo el estudio, los autores analizaron los historiales médicos de cerca de 800 mil adultos diagnosticados de cáncer en fases avanzadas en el estado de California entre el 2002 y el 2009.
Concluido el seguimiento de los participantes en el 2012, los resultados mostraron que los pacientes solteros tenían una mayor tasa de mortalidad que los casados. Una vez establecido el diagnóstico de cáncer, el índice de decesos asociado a la enfermedad fue hasta un 19 por ciento superior en las mujeres solteras que en las casadas.
El efecto protector del matrimonio parece ser incluso mayor en los varones, puesto que al compararlos frente a los casados, los pacientes solteros tienen una tasa de mortalidad por cáncer hasta un 27 por ciento superior.
María Elena Martínez, coautora de la investigación, dice que deben realizarse más estudios para identificar las razones específicas que se encuentran detrás de la asociación entre el matrimonio y la supervivencia en el cáncer.