A criterio de la experta, en el caso de los bebés de 0 a seis meses, la lactancia materna —o en algunos casos la fórmula— aporta los nutrientes necesarios para mejorar las defensas de los pequeños.
El fortalecimiento del sistema inmune depende, principalmente, de una buena nutrición, aunque también interfieren otros factores como el gateo. “Esto permite que los bebés entren en contacto con algunos microorganismos que le ayudarán a desarrollar defensas más fuertes”, dijo la pediatra.
“También es importante que sigamos al pie de la letra el esquema de vacunación internacional, que comienza a los 2 meses de vida, pues este permitirá que los niños desarrollen defensas específicas”, afirmó Alvarado.
Otros consejos
La pediatra aconsejó no tener miedo a que los hijos pequeños se lleven juguetes u otros objetos a la boca, ya que es algo normal a esa edad. “Esto no le causará ningún daño, pues las bacterias que están en el ambiente de la casa no son nocivas”, aclaró Alvarado.
Los niños entre los 2 y 10 años necesitan hacer actividad física al aire libre y dormir por lo menos 10 horas diarias. Estos dos hábitos tienen un efecto positivo en la prevención de enfermedades respiratorias y gastrointestinales.
Además, es necesario que los padres lleven a sus hijos a todas las consultas pediátricas para determinar que el aumento de peso y talla sea el adecuado a su edad. Esto es un buen indicador de que el sistema inmune funciona adecuadamente.
Recomendaciones
- Vacunar a los niños contra la influenza una vez al año.
- Aumentar el consumo de alimentos que contengan vitamina C —naranja, limón, toronja, espinaca, brócoli y pimientos verdes, entre otros— en época de frío, ya que este nutriente ayuda a prevenir algunas enfermedades respiratorias.
- Tener en cuenta que bebés y niños que asisten a guarderías tienen más probabilidades de contagiarse con algún tipo de bacteria o virus.
- Evitar el sobrepeso o la obesidad, ya que el exceso de grasa en el cuerpo provoca un mal funcionamiento en el sistema inmunitario.
- No arropar en exceso a los pequeños. Esto podría hacerlos sudar en exceso y provocar cambios de temperatura en su cuerpo.
- Buscar asesoría médica si el niño se enferma de gripes o diarreas más de tres veces por año.
Alimentación para el crecimiento
Durante la etapa de crecimiento es importante que el desayuno, almuerzo y cena incluya hidratos de carbono, proteínas y grasas saludables, así como frutas o vegetales. “Con esto estamos garantizando que el sistema inmune estará fortalecido y no será necesario ningún suplemento vitamínico”, explicó la pediatra Ninotchka Alvarado.
De acuerdo con la experta, en la dieta de los pequeños se deben excluir bebidas carbonatas, jugos artificiales y otros carbohidratos simples que no aportan vitaminas ni minerales y que podrían provocar sobrepeso u obesidad.