La impotencia sexual es una secuela frecuente de la extirpación quirúrgica de un cáncer de próstata, algo que altera la calidad de vida y la imagen que tienen de sí mismos los hombres afectados, según el Inserm. El trastorno se debe a la “consecuencia de lesiones en los vasos sanguíneos y los nervios del pene”, agrega.
El ensayo clínico, llevado a cabo en el hospital universitario Henri Mondor a las afueras de París y publicados en la revista European Urology, fue efectuado para “reparar las lesiones celulares en el pene”.
Los investigadores realizaron un trasplante de células extraídas de la médula ósea, que contiene varios tipos de células madre capaces de “transformarse de forma espontánea en células de la misma naturaleza que las dañadas en el pene” , explica el Inserm.
Al menos dos pacientes describieron por otro lado una reaparición de erecciones normales, como antes de la prostactomía radical, sin toma de medicamento. La mejora de las relaciones sexuales se mantuvo además un año después del trasplante.
“Si se confirman los resultados de este estudio mediante otros ensayos clínicos (…) la terapia celular podría ampliarse a otros tipos de problemas de erección menos severos o resultantes de enfermedades generales como la diabetes u otras enfermedades vasculares”, dijo el doctor René Yiou.