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La psicóloga Evelyn Morataya explica que, desde pequeños, se nos ha enseñado que un error o una derrota es algo de lo que se debe sentir vergüenza. “En los primeros años de escuela, el levantar la mano para preguntar algo que no se entendió se percibe el rechazo de los demás. Si alguien se equivoca, lo cual es un proceso natural del aprendizaje, siempre hay burlas y críticas”, dice la experta.
Por lo tanto, el primer paso para aprender a gestionar las derrotas en la vida es entender que cometer un error no es algo malo, sino es un derecho en el proceso del aprendizaje de la vida.
Morataya agrega que antes de que usted se critique, cuestiónese si en algún momento le enseñaron a hacer eso en lo que falló. “Por ejemplo, muchas personas que han pasado por un divorcio sufren porque creen que han fracasado en su matrimonio. Consideran el divorcio como una derrota; sin embargo, a nadie le enseñan cómo llevar una relación de pareja. Entonces, ¿por qué decimos que es una derrota si nunca se nos ha enseñado?”, cuestiona la experta.
El cómo enfrentarse a las derrotas es algo que se aprende en el seno del hogar, según el psicólogo César López. Es un patrón que se aprende porque al ver cómo sus padres o las figuras de cuidado resuelven sus problemas usted, probablemente, lo hará de la misma forma. Sin embargo, hay factores como la personalidad, el entorno y las experiencias de cada uno que también influirán en ese proceso.
A criterio de López, cuando se obtienen resultados no deseados, cada persona tiene el derecho a elegir cómo interpretarlo. Algunos lo consideran un error, un fracaso, una experiencia o una oportunidad para aprender.
Néstor Braidot, doctor en neurociencias, indica que los resultados no deseados no deben ser considerados como derrotas ni fracasos, sino oportunidades que dan aprendizaje. “Esto nos orienta sobre cómo utilizarlas a nuestro favor. Transformándolas en oportunidades para aprender. En un contexto como el actual, en donde todo cambia rápidamente, exige un aprendizaje permanente, por lo que es importante tener oportunidades de donde aprender”, explica.
Comenzar desde cero
López indica que después de cometer un error no es posible comenzar desde cero, como si nada hubiera pasado, ya que, aunque la experiencia haya sido negativa, siempre quedará el aprendizaje. Por lo tanto, solo debe darse tiempo de revisar los miedos que ha logrado vencer y se dará cuenta que tiene recursos de aprendizaje que lo ayudarán a salir adelante.
Luego de cometer un error siempre queda el miedo de repetirlo, por lo que Braidot recomienda realizar ejercicios de meditación con resignificación de experiencias negativas; es decir, pensar en qué aprendimos del error. “Más que comenzar de cero a cada tropiezo, la sugerencia es continuar cada vez con más experiencias y aprendizajes para superar las futuras dificultades”, indica.
Por otro lado, Morataya dice que, aunque dé miedo volver a cometer el mismo error, hay que tomar en cuenta que los errores no marcan el valor de una persona y que todos tienen el derecho a equivocarse varias veces. “El miedo que da volver empezar después de cometer un error es porque se cuestiona qué van a decir los demás si fallo o qué pasará si no puedo otra vez. Pero cuando entienda que la posibilidad de fallar siempre está y que equivocarse no es malo, en ese momento es cuando podré volver a internarlo”, agrega.
Definición de éxito
Los expertos indican que es imposible lograr el éxito constante, ya que todas las personas están propensas a cometer errores y fallar. Sin embargo, el poder levantarse, aceptar la experiencia y continuar es lo que lleva al éxito.
Morataya explica que, previo a iniciar el camino al éxito, hay que definir qué concepto se tiene de este, ya que todos lo perciben de forma distinta, de acuerdo con sus sueños y metas. Por ejemplo, usted puede creer que el éxito es sinónimo de poder económico; sin embargo, hay que tomar en cuenta que el éxito económico no es lo mismo que la felicidad. Otras personas pueden definir el éxito como estar en paz consigo mismas o ayudar a los demás.
Cuando ya tiene visualizado su concepto de éxito, es recomendable que se cuestione para qué quiere alcanzarlo. Puede ser para complacer a sus papás, a su familia, a la sociedad o para estar bien usted mismo.
López indica que la mejor manera de definir el éxito es disfrutar las cosas que se hacen o hacer las cosas que se disfrutan. Evite ver el éxito como una meta o un lugar al que hay que llegar porque, si lo analiza, puede comenzar a sentirse exitoso desde ya, con lo que hace cada día. El experto añade que no está mal tener expectativas y planes; sin embargo, la sensación de plenitud se debe lograr a diario.
En el ámbito profesional
Para alcanzar el éxito profesional y personal, los expertos también recomiendan comenzar definiendo qué concepto tiene de cada uno. En el caso del éxito profesional, puede significar un puesto de trabajo o un sueldo en específico. En el caso del personal, puede ser tener salud o estar bien con su familia. Siempre es necesario que sea lo más específico posible para tener claro a dónde quiere llegar.
Los profesionales comparten algunos mensajes:
- Los expertos recomiendan visualizar metas pequeñas a corto, mediano y largo plazo, para que en conjunto generen éxito.
- El problema de idealizar una meta grande es que su resultado asusta, por lo que se condiciona a pensar qué va a pasar si no se logra. “Las metas pequeñas ayudan a gestionar los errores, porque si llegan a suceder, serán pequeños y usted se sentirá más tranquilo”, indica la psicóloga Evelyn Morataya.
- “Imagine a las personas que inician una dieta porque quieren bajar 60 libras.
- Lo primero que piensan es que deberán comer comida baja en grasa por varios meses, lo cual ya asusta y desanima. Sin embargo, es diferente si se piensa en que la meta grande es bajar dicho peso, pero las metas pequeñas serán bajar cinco libras cada mes e ir cambiando de alimentación poco a poco”, explica.
¿Es intolerante al fracaso?
De acuerdo con Néstor Braidot, doctor en neurociencias, la intolerancia al fracaso se asocia a la incorrecta interpretación de lo que es un error, por lo que es necesario el redefinir su concepto. Para identificar a una persona que es intolerante al fracaso, basta con hacer una lista de las cosas que ha empezado pero que no ha terminado. Iniciar algo y no concluirlo es un patrón de que al mínimo obstáculo le da miedo, por lo que no tolera la frustración.
Para combatir este problema, se recomienda iniciar con pequeñas metas y hacer todo lo posible para alcanzarlas. “Para alguien que no ha terminado un libro, su pequeña meta puede ser leer 10 páginas diarias. Cuando se dé cuenta, ya lo habrá terminado. Además, también se debe saber que al principio siempre va a ser difícil, pero eso no significa que sea imposible alcanzar la meta”, indica la psicóloga Evelyn Morataya. Por otro lado, también se recomienda buscar ayuda profesional con un psicólogo o un mentor que ayuden a cumplir las metas y vencer cualquier obstáculo.