Además, la pérdida de peso es, a menudo, resultado de una enfermedad, precisan los investigadores, cuyos trabajos fueron publicados en la edición en línea de las Actas de la Academia estadounidense de las Ciencias .
“Los riesgos asociados a la obesidad han sido subestimados en investigaciones previas porque la mayoría de los estudios toman en cuenta el peso medido una sola vez”, explica Andrew Stokes, profesor adjunto de salud pública de la Universidad de Boston y uno de los principales autores del trabajo.
“El simple hecho de incorporar medidas de peso tomadas a lo largo del tiempo deja en claro los riesgos de obesidad y muestra que estos son mucho mayores que los estimados hasta ahora”, añade.
Los científicos determinaron que el riesgo de mortalidad de las personas que tuvieron un peso normal al momento de la investigación, pero habían tenido sobrepeso u obesidad en el pasado, es 27 por ciento mayor al riesgo de mortalidad que padecen los que siempre mantuvieron la línea.
También observaron una mayor prevalencia de diabetes de tipo 2 y de enfermedades cardiovasculares entre las personas que tuvieron un índice de masa corporal mayor que el normal y luego perdieron peso, que entre las personas que siempre fueron delgadas.
Los autores del estudio utilizaron datos provenientes de una amplia investigación nacional sobre nutrición realizada en Estados Unidos entre 1988 y 2010.
Treinta y nueve por ciento de las personas que tenían peso normal al momento de la investigación habían padecido en el pasado sobrepeso u obesidad.