Pese a que, aparentemente, hay características similares, hay que saber diferenciarlas:
Timidez
La timidez consiste en la sensación de inseguridad que una persona percibe a raíz del temor a ser juzgado, no ser aceptado, a la crítica, a la burla. Es importante tomar nota de estas características, pues, de acuerdo con la psicóloga Natalia Gurdián, la timidez debe ser tratada.
Es posible identificarla desde la niñez, pues, según Gurdián, un niño tímido presenta ansiedad: “sufre y no le gusta enfrentarse a ciertos retos sociales”.
Para la psicóloga Deborah Lima Torón, cuando se trata de un cabio conductual, es decir, que un niño cambia su forma de ser y su manera de relacionarse, es importante identificar los motivos por los que ha cambiado, pues podría tratarse de acoso escolar, abuso sexual u otros problemas que terminan por afectar significativamente sus habilidades sociales.
Introversión
A diferencia de la timidez, la introversión consiste en un rasgo de personalidad que posee distintas cualidades. La introversión, según Gurdián, “tiene que ver con la capacidad de lidiar con los estímulos de afuera”. Un niño introvertido, explica, se abruma, se cansa rápidamente de estímulos de personas, ruidos y música, entre otros; por lo que necesita estar solo para recargar energía.
En este caso, la soledad es una necesidad, pero no es una razón para preocuparse. “La sociedad hace de menos a la introversión y ve la extroversión como una cualidad, pero ambas están totalmente bien”, expresa Gurdián.
Algunas de las cualidades que presenta un niño introvertido son:
- Personalidad fuerte, bien establecida
- Capacidad de escucha, reflexión y empatía
- Desarrollo de creatividad e imaginación
- Es observador
Cuando a un niño introvertido se le obliga a estar en grupo, explica Gurdián, no está utilizando todo su potencial; además, hay que hacerle saber que es aceptado en la sociedad.
Individualidad
La psicóloga Lima Torón, explica que “hay ciertas normas sociales que dictan un deber ser y que tal vez no respeta la individualidad o diversidad de las personas”, por lo que, en el caso de la introversión, no se trata de que la persona cambie, sino de que la sociedad respete su individualidad y no la etiquete según su personalidad, ya que esto sí podría causarle un daño.
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