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El psicólogo infantil César Nájera explica que los estudiantes al salir del colegio piensan en todas las actividades que harán en la tarde y las tareas quedan en último lugar, porque no las consideran importantes o divertidas. Además, las relacionan con lo que hicieron durante la mañana. Sin embargo, estas son importantes porque su objetivo es que practiquen y refuercen en casa lo que hicieron en el colegio.
“Los padres de familia o encargados del estudiante tienen un papel fundamental a la hora de hacer las tareas. Son ellos quienes asesoran la decisión de cuál será el lugar y la hora, basado en las características del niño, para que no se creen malos hábitos, como hacerlas viendo televisión o con el celular al lado. La música, a algunos los ayuda a concentrase, así que puede ser funcional”, dice el profesional.
El lugar debe cumplir con ciertas características que ayuden al desempeño del estudiante y que estén basadas en sus características y gustos.
Ambiente
Nájera recomienda que, antes de decidir el lugar ideal, se debe considerar cómo ha hecho antes las tareas el estudiante. Es decir, si le cuesta concentrarse cuando hay ruido o si necesita una motivación enfrente para terminar el trabajo. Estas características son importantes para considerar qué espacio de la casa es el adecuado para su hijo.
Si al pequeño le cuesta concentrarse cuando hay mucho ruido o movimiento a su alrededor, considere una habitación solo para esta actividad. En caso de que no tenga el espacio disponible, puede optar por un lugar del hogar en el que no pase mucha gente en el horario estipulado, como el comedor o la sala.
Por el contrario, necesita motivaciones como salir a jugar al terminar el trabajo o si requiere de movimientos a su alrededor para concentrase, lo recomendable es que las haga en una habitación con ventana o en donde pasen más personas. Debe tomar en cuenta que las actividades que se lleven a cabo alrededor del niño no distraigan su concentración.
Lo ideal es que tenga alejados sus juguetes, la televisión o la cama, porque estos solo serán distractores.
Decoración
Para la psicóloga educativa Kimberly Morales, así como en el colegio los maestros optan por que los niños sean quienes decoren su mesa de trabajo o su portalápices, igual puede ser en casa. Cuando se crea algo para uso de los niños es importante tener su opinión para que se sientan cómodos.
La experta recomienda preguntar en dónde le gustaría que fuera su espacio y que escoja los colores para la decoración, así como las herramientas que desea tener en la habitación, siempre bajo el asesoramiento de un adulto.
Si colocará el escritorio o mesa pegado a la pared, puede dejar que el niño la decore con los dibujos que quiera. “Una actividad recreativa para el pequeño puede ser hacer diferentes dibujos o escoger papeles de colores que quiera ver al hacer las tareas. Si en caso él no quiera dibujar, varios expertos han explicado que tener imágenes positivas ayudan a la inspiración, entonces él las podría seleccionar. Lo importante es que el estudiante se sienta cómodo, que le guste su espacio”, afirma Morales.
Iluminación
La mejor luz para hacer los deberes es la luz natural. Por eso, siempre que sea posible, busque un lugar en casa en el que pueda disfrutar de luz natural el mayor tiempo posible. Si en caso es difícil que haya este tipo de iluminación, busque una lámpara grande que esparza la luz en toda la habitación y que pueda graduarse su altura e intensidad. De esta forma siempre podrá adecuarla a las necesidades del niño.
Organización
El espacio debe tener todo lo que el niño vaya a necesitar para estudiar. Morales argumenta que darle las herramientas que necesita es la base de una buena organización. Puede incluir cajas con crayones, marcadores o algunos libros que el pequeño necesite conforme el ciclo escolar. La idea es que no se deba levantar a buscar o alcanzar algo y que se distraiga con otras cosas.
Contar con un espacio dedicado a las tareas en casa es la base para que esta actividad sea algo gratificante. Con poco esfuerzo y un poco de dedicación al principio logrará que hacer las tareas sea algo a lo que su hijo se acostumbre.
Morales recomienda que, al momento de hacer el trabajo, el niño inicie por la tarea de dificultad media. Al terminarla tenga un descanso de 10 minutos, después continúe con la actividad más difícil y al concluirla tenga otro receso. Por último, dejar la tarea más fácil y después otro descanso.
De esta forma podrá tener un mejor hábito y acostumbrar a su mente a subir de dificultad poco a poco y tener pequeños premios al terminar todo el trabajo.
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