Se trata de una preocupación que sobrevuela a todos cuando pasan los años, y crece aún más cuando algo no sale bien. ¿Cuál es el límite? ¿Cómo interpretar lo que está ocurriendo?
Es importante saber que cuando comienza un cuadro de Alzheimer, la memoria de corto plazo va empeorando cada vez más, tal como indica la Iniciativa de Investigación de Alzheimer (AFI). A los afectados les resulta difícil planificar cosas y llevarlas a cabo.
Una señal muy concreta de que esto está ocurriendo es cuando resulta un desafío hacer cosas que la persona siempre hizo, como por ejemplo, seguir las reglas de un juego o hacer una receta de algo que preparó toda la vida. Lo que ocurre es que los pacientes de Alzheimer no pueden concentrarse durante mucho tiempo, requieren más tiempo que antes.
Esa misma circunstancia lleva a que dejen cosas en sitios poco habituales porque olvidan para qué sirven.
Otro síntoma pueden ser los cambios bruscos de ánimo o cambios en la personalidad sin una razón evidente, señala la AFI. Algunos afectados se sienten mal en sitios desconocidos o se comportan de un modo agresivo.
En cambio, puede ser muy normal que alguien entrado en años esté distraído cuando ocurren muchas cosas al mismo tiempo. O si se ve confrontado con tareas complejas, como ser programar el televisor.
Olvidar o equivocarse al decir un nombre o agendar un encuentro de corto plazo también puede ser normal en personas mayores. AFI señala, sin embargo, que en esos casos los mayores suelen recordar lo que habían olvidado.
Independientemente de cómo sean los olvidos que se presentan en la vida de todos los días, es recomendable acudir a un médico que pueda analizar la situación, sobre todo si los síntomas que podrían estar vinculados a un alzheimer se presenten en forma reiterada.
Porque los medicamentos que demoran la progresión del Alzheimer tienen su mejor efecto al comienzo de la enfermedad, dice la AFI.