En Guatemala, la mayoría de las personas no llevan una salud preventiva y esto podría significar el desarrollo de enfermedades y gastos mayores que podríamos evitar si visitáramos al médico con regularidad.
“Se gasta mucho en hospitalizaciones y tampoco tenemos una cultura de estar asegurados, pero el IGSS – Instituto Guatemalteco de Seguridad Social – tiene muchos ingresos debido a infecciones virales, lo cual puede prevenirse. Las personas gastan más en una salud curativa que en la preventiva”, señala Melina Muralles, pediatra.
La especialista indica que lo ideal es llevar a los hijos con el médico para prevenir enfermedades y no al revés. “Gracias a la normativa de no vender antibióticos esto ha repercutido en que hay más salud preventiva”, agrega Muralles.
Para llevar un control adecuado de la salud de sus hijos y poner en práctica la salud preventiva, es recomendable que realice por lo menos un chequeo general cada año. “Estos incluyen una amplia gama de beneficios como proteger a su hijo de enfermedades, detectar problemas de desarrollo temprano y rastrear el crecimiento”, dice Muralles.
En cada visita, los padres tendrán la oportunidad de conversar con los médicos sobre los patrones de alimentación y sueño para recibir consejos de cómo mejorar la rutina diaria de los menores. Un niño saludable tiene un desempeño óptimo en las actividades escolares.
A continuación, un programa de salud que la especialista recomienda para los niños:
Programa recomendado en la niñez
Cuando hay buenas prácticas de higiene en el hogar, disminuyen los riesgos de desarrollar enfermedades. Hay que fomentar el lavado de manos, el cepillado de dientes y una alimentación saludable.
En cuanto a los chequeos médicos, la experta aconseja tener un pediatra de cabecera con quien lleve los controles de salud de los menores. La Academia Americana de Pediatría ofrece un cronograma fácil de seguir para programar los exámenes generales de salud de los niños:
“Los bebés deben ser vistos 3-5 días después del nacimiento, y luego a los 1,2,4,6,9 y 12 meses. Después de eso, los niños pequeños deben verse a los 15, 18, 24 y 30 meses. Para cuando su hijo tenga 3 años, debería venir una vez al año para una revisión de bienestar”, sugiere Muralles.
1. Signos vitales
Como parte de la rutina de un chequeo médico, la enfermera o asistente tomará nota de los signos vitales de su hijo. “Usarán un dispositivo plástico pequeño e indoloro en el dedo para medir su nivel de oxígeno, y se controlarán su frecuencia cardíaca y temperatura”, dice Muralles, quien explica que esto se hace para determinar si el niño está bien o no. Esto también facilita obtener un diagnóstico durante la cita con el médico.
2. Mediciones
También se pesará y medirá a su hijo durante la cita para determinar su Índice de Masa Corporal (IMC). Estas medidas se utilizan para determinar si su hijo tiene una altura y peso saludables, y para ver si siguen una curva de crecimiento normal. “Durante la cita de su hijo, se le dará información sobre el percentil de su altura, peso y circunferencia de la cabeza”, indica la pediatra.
3. Discusión
Después de lo anterior se sigue una conversación para que los padres salgan de dudas, expresen inquietudes y que los médicos también resuelvan las suyas en cuanto a los hábitos en casa, el comportamiento y otros datos que necesite conocer a fin de obtener un diagnóstico acertado.
4. Examen físico de pies a cabeza
El pediatra de su hijo practicará un examen minucioso de la cabeza a los pies de su hijo. Examinará sus oídos, corazón, pulmones, piel y ojos del menor. Si ha planteado inquietudes sobre su salud, el médico evaluará cuidadosamente esas áreas del cuerpo de su hijo para detectar cualquier problema.
5. Vacunas
Con el objetivo de proteger a sus hijos de enfermedades infantiles graves como paperas, sarampión, poliomielitis y rotavirus, entre otras; es necesario que lo lleve a vacunación. Con esto tendrá un mejor control de salud, el médico conocerá y reportará el estado de su hijo y por medio del diálogo podrá resolver sus dudas sobre cómo funcionan estas medidas de prevención.
6. Salud visual
“Una evaluación oftalmológica al año es ideal cuando los pequeños ya pueden leer. Será más fácil detectar si existen deficiencias en la visión. Si no se diagnostica a tiempo, estas podrían avanzar y desarrollar problemas más serios”, asegura Muralles.
7. Emisiones otoacústicas
Es probable que no haya considerado evaluar el nivel de audición de sus hijos, pero, aunque no lo crea, hay casos en los que se ha encontrado deficiencias en los niños.
Según expertos de “Infant Hearing”, es necesario que realice la evaluación de emisiones octoacústicas, conocida como (OAE) por sus siglas en inglés, cuya función es detectar problemas de audición en recién nacidos. Esto “es vital para el desarrollo normal del habla y del lenguaje”.
8. Salud bucal
Lo ideal es llevar a su hijo a una evaluación periódica con especialistas para prevenir y no para curar; y no hacerlo únicamente cuando tengan caries o les duela la muela. Para ello debe iniciar buenas prácticas en casa con el cepillado de dientes, la buena alimentación y evitar el consumo de dulces.
“Debemos enfatizar en la técnica de cepillado y, aunque los niños sean pequeños, deben utilizar hilo dental y enjuague bucal adecuados para sus edades, ya que contienen el flúor que necesitamos”, indica Nydia Paredes, ortodoncista y odontopediatra de Orthogt.
Como manera de prevenir la caries, Paredes explica que se les coloca sellantes a los niños sobre las muelas. Otro de los cuidados que se toman en una visita con un especialista en el área es para monitorear el crecimiento de los dientes y el de los huesos del rostro. “Tal vez la mandíbula es muy grande, pero esto se puede corregir en edades tempranas”, agrega.
Paredes recomienda que se hagan las visitas por lo menos cada cuatro meses. En ella se realiza una limpieza y se detectan problemas a tiempo. “Debemos fomentar el hábito de higiene bucal desde los centros educativos. Se debe solicitar un cepillo de dientes para lavarse después del recreo”, recalca.
9. Más allá de lo físico
“Los niños no solo enferman físicamente sino de problemas de adaptación. Pueden tener disminución de atención, algún retraso en su desarrollo y es importante determinarlo a tiempo para que reciban una atención adecuada. No todos somos iguales y a veces necesitamos una educación diferente”, afirma la pediatra.
En esta época es importante que considere evaluar a sus hijos para que tengan un adecuado rendimiento académico y, sobre todo, que sean personas felices. Recuerde que es importante llevar una salud preventiva y tome en cuenta que, al preferir una salud curativa, podría tener serias consecuencias en la salud de los menores y en su bolsillo.
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