¿Es poco sano practicar deportes con el estómago lleno?
Ingerir alimento implica siempre desencadenar muchos procesos bioquímicos en el cuerpo. Es decir, se pone en marcha el proceso de digestión y este, por lo general, es prioritario. Por lo que compite con la actividad física, ya que las dos cosas se contraponen.
El proceso de digestión no puede continuar ni finalizar si el cuerpo está haciendo actividad física intensa. Por eso, el rendimiento se ve fuertemente afectado. Si a pesar de eso quiero seguir haciendo ejercicio como si nada, la actividad me demandará un esfuerzo mucho mayor.
Un estómago lleno no es nada bueno a la hora de hacer deportes, pero no es insano en el sentido clásico. El tema es que si me sobrecargo, y no tengo una conciencia razonable de (los límites de) mi cuerpo, lo más probable es que me sobreesfuerce. Hay entonces menos sangre disponible, ya que en ese momento se encuentra en el tracto gastrointestinal.
En su opinión, ¿cuánto tiempo debe pasar entre la última ingesta y el entrenamiento?
Si hago una comida completa, por lo general conviene esperar de dos a tres horas antes de hacer deportes. La mayoría de los alimentos logran ser digeridos en ese tiempo.
Sin embargo, algunas comidas con alto contenido de grasas, como una pizza entera, o las verduras y frutas crudas, pueden llevar claramente más tiempo, entre cuatro y cinco horas. Eso significa que necesito una pausa algo más larga.
En los deportes de resistencia pesa mucho más si hice una pausa antes o no. Al final, la carga termina siendo mucho más intensa debido a la sobrecarga general que esto implica para todo el cuerpo. En el caso de los deportes de fuerza se puede tolerar mejor el hacer un descanso más corto.
¿Cuál es su consejo para tener energía para hacer deportes después de un día largo en la oficina?
Lo ideal es una comida que sea relativamente rápida de digerir. Para quienes practican deportes de resistencia se recomienda una porción de fideos con una salsa con poca grasa, lo que le da al cuerpo energía suficiente. Lo que hay que evitar sí o sí son las verduras y frutas crudas.
En el caso de los deportes de fuerza, conviene una alimentación muy energética, como un trozo de pescado o carne, para contar con las proteínas suficientes. También se pueden comer legumbres cocidas, como lentejas o alubias, que no sobrecargan demasiado la digestión. Aún mejor son el tofu o los productos de soja.
Si se quiere hacer deportes después de todo un día en la oficina, hay que tener en cuenta que pasar mucho tiempo sentado implica poco movimiento para el organismo. Eso hace que se acumulen muchos líquidos en las piernas, por ejemplo.
En este sentido, el metabolismo suele verse siempre afectado por los largos periodos de inactividad. Esto significa que hemos tenido muy poco intercambio de nutrientes y sustancias vitales en el cuerpo.
Por eso, en estos casos es ideal ingerir un alimento rico en vitaminas, colorido, regional y de temporada, enriquecido con algunos carbohidratos. Una lasaña de verduras, por ejemplo. Ni mucho ni poco, como para cargar energías para la tarde. Después de hacer deporte, basta con una pequeña porción de tofu, soja o un omelette.