Quizá le interese
El médico Marco Antonio Morales comenta que este trastorno suele ser difícil de identificar por los afectados porque los movimientos que hacen con su boca son inconscientes.
Existen dos tipos de bruxismo, diurno y nocturno. Morales comenta que para identificarlo, en el caso del bruxismo diurno, además de intentar ser más consciente respecto a si aprieta o rechina los dientes, le pida a una persona cercana que preste atención a ello.
Por su parte, profesionales de la Clínica Mayo aseguran que el bruxismo nocturno se considera un trastorno de movimiento relacionado con el sueño. Afirman que las personas que aprietan o rechinan los dientes mientras duermen tienen más probabilidades de padecer otros trastornos del sueño, como roncar o realizar pausas en la respiración (apnea del sueño).
Además mencionan algunos de los síntomas más comunes de esta condición:
- Músculos de la mandíbula cansados o rígidos
- Mandíbula trabada, que no se puede abrir o cerrar por completo
- Dolor o inflamación de mandíbula, cuello o rostro
- Dolor similar al dolor de oído, pero que no es un problema del oído en realidad
- Dolor de cabeza que comienza en las sienes
- Lastimaduras por morder la parte interna de la mejilla
- Alteración del sueño
Sin embargo, la manera más efectiva de identificar ambas alternativas es en una sesión de limpieza dental o chequeo de rutina, pues sus dientes presentarán desgaste y pérdida del esmalte.
¿Qué lo causa?
El bruxismo puede desencadenarse por una combinación de factores físicos, psicológicos y genéticos.
Acorde a miembros de la Clínica Mayo, hay algunos factores que aumentan el riesgo de padecerlo:
- Estrés
- Tipo de personalidad: tener un tipo de personalidad agresiva, competitiva o hiperactiva puede incrementar el riesgo de tener bruxismo.
- Medicamentos y otras sustancias: aunque es poco frecuente, el bruxismo puede ser un efecto secundario de algunos medicamentos psiquiátricos como ciertos antidepresivos.
- Fumar tabaco
- Ingerir bebidas con mucha cafeína o alcohol
Asimismo explican que si otros miembros de su familia lo padecen, existen altas posibilidades de que usted también tenga bruxismo.
Finalmente, exponen que el bruxismo puede estar relacionado con ciertos trastornos médicos y de salud mental, como enfermedad de Parkinson, demencia, epilepsia, trastornos relacionados con el sueño, como apnea del sueño, y trastorno de déficit de atención con hiperactividad.
¿Cómo tratarlo?
El tratamiento varía según la causa del bruxismo y las secuelas que ha provocado hasta el momento en el que empiece a tratarse. Con un examen y preguntas precisas, su dentista podrá sugerirle alguna solución.
Algunas personas no requieren más que realizar algunos ejercicios de relajación para disminuir el estrés, además de evitar el consumo de alcohol, cafeína y tabaco. Otros utilizan unos protectores dentales hechos a la medida para que se ajusten a su boca, y que permiten evitar que rechine los dientes mientras duerme. Este mecanismo no soluciona el problema pero es una buena forma de tratarlo. Y en casos muy avanzados podría requerirse de una cirugía.
Tal y como sucede con la mayoría de enfermedades o padecimientos, entre más rápido se identifique y se trate será mejor para el paciente. El bruxismo puede llegar a dañar gravemente los dientes, a desencadenar dolores de cabeza, cuello y rostro muy graves, pero si pide la ayuda de un profesional en cuanto antes podrá evitar dichas complicaciones.