Se suelen degustar en las ferias, “reuniones sacro-profanas, ricas en hechos culturales que giran alrededor de un suceso católico: conmemorar al santo patrono bajo cuya advocación ha sido puesta la comunidad”.
En el recetario de la escritora sor Juana Inés de la Cruz (1648-1695), que bautizó como Libro de cocina, figuran tres recetas de buñuelos, mejor conocidos en el Virreinato de Nueva España como “puñuelos”, pues la masa se aplastaba con los nudillos del puño. En el recetario aparecen buñuelos de queso, requesón y de viento, también llamados de jeringa.
La chef Isabel Rubio Mackpeace reprodujo la receta de buñuelos de jeringa que data del siglo XIX. “Una de las grandes riquezas que tenemos los guatemaltecos es la tradición y legado de una culinaria mestiza”, indica Rubio, quien aromatizó con anís la miel. “Los sabores y aromas de la cocina son recuerdos de antaño que tienen por promesa repetirse, y me honra ser parte de esa loable labor”, concluye.
Ingredientes
1 taza de harina común
1 taza de agua
½ taza de mantequilla
3 huevos
½ cucharadita de sal
Aceite para freír
1 cucharadita de polvo de hornear
Para la miel:
2 litros de agua
2 rajas de canela
2 estrellas de anís
4 cucharadas de panela molida
Preparación
Mezclar el polvo para hornear y la sal. En una olla mediana, hervir el agua y añadir la mantequilla, moviéndola hasta que se derrita. Retirar de la estufa y agregar la mezcla de harina para formar una pasta.
Batir los huevos y añadir a la masa uno por uno y reservar la mezcla. Calentar el aceite en una olla honda hasta que un poco de masa se ponga dorada en los 20 segundos siguientes a su introducción.
Usar una cuchara de madera para voltear suavemente los buñuelos para que se cocinen y se hinchen uniformemente. Retirar y escurrir en toallas de papel, una vez que estén dorados.
Hervir el agua con la canela, panela y anís para luego sumergir los buñuelos en esta mezcla.
Receta original del siglo XIX
“Un poco de agua con corteza de una naranja, mejor de limón, con un pedazo de azúcar, sal, manteca, una raja de canela. Se le echa harina, con una cuchara. Esto es puesto en el fuego, se menea para que no se pegue. Cuando se despegue del perol, en el fuego, ya está cocido y, según la porción de masa, se revuelve con huevos enteros hasta ponerlos de consistencia que hace por la jeringa. . Se fríen y se les echa polvo de azúcar encima”.
¿Qué comían los guatemaltecos en el siglo XIX?
Cada domingo de este año, se presentará la recreación de recetas —entradas, platos fuertes, postres y dulces— que aparecen en el Lybro de cocina, recetario manuscrito en Guatemala de 1844. Esta obra despliega una muestra de los platos que consumían los guatemaltecos en el siglo XIX y, posiblemente, durante gran parte del siglo XX, con evidente influencia española, francesa y británica.
Estas recetas, reproducidas por chefs guatemaltecos, conservando muy de cerca su esencia, nos ayudarán a comprender cómo ha evolucionado la cultura gastronómica en Guatemala en los últimos 178 años.
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