Son buena fuente de hierro por lo que son ideales cuando hay casos de anemia. Se recomiendan en dietas de control de peso, ya que producen sensación de llenura, son nutritivas y tienen pocas calorías. Su riqueza en fibra las hace ideales contra el estreñimiento.
A la vez, tienen un efecto suavemente diurético y al mismo tiempo alivian la irritación de las vías urinarias. Su efecto alcalinizante es importante para remineralizar el cuerpo y mejorar problemas de la piel como el acné.
Sin embargo, debido a que contienen ácido oxálico hay que consumirla con moderación en caso de padecer trastornos de los riñones.
Esta receta rinde para seis porciones y se prepara en unos 50 minutos aproximadamente.
Ingredientes:
- 3 libras de acelga
- 1 limón
- 6 onzas de harina
- 1 litro de leche
- 1 taza de queso gruyere rallado
- 2 barras de margarina o mantequilla
- Sal
- Nuez moscada
Preparación:
Corte la parte verde de las hojas de la acelba, lávelas y páselas por agua hirviendo.
Luego páselas por agua fría para refrescarlas y escúrralas.
Con un cuchillo córtelas en trozos grandes.
Pique los tallos en trozos de 3 a 4 centímetros. Échelos en una olla, cúbralos de agua fría, agrégueles jugo de limón y cocínelos durante media hora. Luego escúrralos.
Salsa bechamel
Derrita una barra de margarina o mantequilla y agregue la harina, cocine a fuego lento. Luego agregue la leche hirviendo. Agregue sal y déjela cocinar y espesar por 15 minutos. Derrita el resto de margarina y caliente allí las hojas de acelga, agregue sal y nuez moscada.
Eche la acelga en un molde resistente al calor y cúbrala con los tallos revueltos con la salsa bechamel. Cubra la superficie con el queso gruyere rallado. Hornee la torta hasta que esté dorada encima. Sírvala inmediatamente.