Para explicarlo es necesario comprender que solo un profesional de la nutrición o preparado para ello es quien puede prescribir una dieta porque esto tiene que estar fundamentado con conocimientos técnicos. Mientras un coach no puede hacerlo, a menos que también sea dietista, nutricionista o médico endocrino, o bien que tenga un título que le permita esa labor.
Esa combinación de nutricionista y coach sería ideal, aunque la preparación también está abierta a otros profesionales de salud que trabajen en colaboración directa con dietistas nutricionistas en un grupo multidisciplinario, dice Ana Isabel Rosal, directora de la maestría en coaching nutricional y nuevos enfoques de atención de la Universidad del Valle de Guatemala.
En esta nueva forma de atención la persona pasará de recibir la información esencial de las necesidades de su cuerpo en cuestión de alimentación y los menús sugeridos a tener un acompañamiento que le oriente preguntas cómo poner esto en marcha e interiorizar sobre sus motivaciones, e incluso encontrar el por qué no avanza.
El coaching propone que el protagonista sea el paciente para que esté consciente de su situación y encuentre resultados diferentes para modificar las conductas que quiere cambiar. Está orienta a las personas que tienen dificultad en alcanzar cuestiones como bajar de peso o mejorar sus condiciones de salud.
Es una dinámica en la que se escucha a profundidad a la persona y se hacen propuestas para que él mismo llegue a formular el camino a seguir con metas realistas y a corto plazo. La finalidad es que el coach nunca impone nada.
La profesional también aclara que nunca en una sesión de coaching nutricional la persona tendría que verse presionado a comprar un producto o suplemento nutricional porque no es un área que corresponda a esta formación.
Un coach nutricional es un proceso a través del cual el paciente identifica y vence los obstáculos, crea el entorno adecuado y adopta la actitud y determinación necesaria par conseguir el cambio de alimentación logrando a su vez mejorar otros aspectos de su persona y de su estilo de vida, dicen Jaime Giménez y Yolanda Fleta, creadores de la metodología de Coaching Nutricional.
“Al final cuando la persona participa activamente en su plan nutricional y percibe que esa pauta de alimentación es suya, la adherencia es mayor y eso es lo que hace el coach nutricional”, agrega Giménez en una entrevista televisiva.
¿Cuándo se necesita un coaching?
Rosal expresa que no todas las personas podrían requerir de un coach. Algunas tiene claro sus objetivos nutricionales y los trabajan sin mayor problema, el problema es cuando aparecen problemas en alcanzar las metas y se dificulta llevar el proceso.
Pero, cuando la persona se encuentra estancada y sin avances si que podría requerir de esta orientación. Una manera de innovar y de hacer algo diferente.
Posiblemente requiera de una guía y encontrar una verdadera motivación que le lleve a alcanzar sus metas. Por medio de preguntas el coach orientará para encontrar distintas acciones que le lleven a un compromiso personal. “Es un enfoque innovador que lo que busca es que la persona sea responsable y autora de su propio cambio”, aclara Rosal.
La nutricionista Rosa María Mendoza, estudió esta preparación en un curso virtual certificado en España, comenta que esta nueva forma de trabajo le ha ayudado a encontrar otra manera de compartir con sus pacientes. “Cuando no se sienten motivados, por medio de preguntas se les orienta a que encuentren sus propias conclusiones y es una manera de empoderarlos y que se hagan cargo de ellos mismos, no es algo impuesto”, agrega.
Rosal también comenta que cuando aparecen obstáculos en llevar una vida sana como reconocer la falta de tiempo o no tener a nadie en casa que ayude a cocinar, el paciente va a encontrar soluciones a esas barreras. Este método bien llevado genera estrategias y esclarece los pasos para obtener resultados.
¿Cuánto dura un seguimiento con el coach?
Esto depende de cada persona y de la dinámica que se cree. El trabajo del coach es que el paciente vaya siendo cada vez más y más independiente.
Podría compararse con el crecimiento de un niño, al principio podría necesitar apoyo más constante, pero con el paso del tiempo va a lograr establecer su propio camino.
Las citas al principio podrían ser semanales, para luego cambiar a quincenales, mensuales e incluso llegar a ser una vez al año.
Rosal también hace énfasis que un buen coaching también sabrá identificar cuando la persona no necesita en sí este apoyo sino referir a otros profesionales como a psicólogos.
Los especialistas consultados expresan que es importante que al buscar un coaching los pacientes se aseguren que los profesionales tengan una capacitación en lugares reconocidos y respaldados para garantizar un proceso de calidad.
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