Kristelly Ramírez Jovel, nutricionista del Proyecto FAO Sololá comenta que una alimentación completa, saludable y balanceada consiste en el consumo de por lo menos un alimento de cada grupo de alimentos presentado en la Olla familiar (cereales, leguminosas, alimentos de origen animal, frutas, verduras) del Incap en las Guías Alimentarias para Guatemala. Guatemala: MSPAS. 2012.
Estos alimentos proporcionan al organismo los nutrientes necesarios para cubrir sus requerimientos en las diferentes etapas de la vida, permitiéndole tener una mejor salud y nutrición, lo cual influye en una mejor calidad de vida.
“Sin embargo, en Guatemala y en todo el mundo nuestros sistemas alimentarios se transforman rápidamente por el creciente consumo de alimentos procesados y ultra procesados, se consumen dietas inadecuadas en cantidad y calidad, por lo que conlleva a padecer distintas formas de malnutrición, ya sea por déficit o por el exceso en el consumo de energía y nutrientes”, expresa.
La profesional también explica que cuando una alimentación no es completa podemos notar cambios en la piel, en el pelo y uñas, como la pérdida de cabello, uñas frágiles, y según deficiencia de nutrientes específicos se puede mencionar algunos síntomas y signos, entre ellos pérdida de peso, en el caso de los niños y niñas menores de cinco años su crecimiento se detiene, debilidad muscular y edemas. Así mismo, existen cambios neurológicos como déficits cognitivos y sensitivos, demencia, que sucede cuando la deficiencia es crónica.
¿Es posible mejorar en la alimentación?
Ramírez dice que es importante la educación alimentaria y nutricional, pero quizá el principal es pensar que alimentarse es igual que nutrirse, los alimentos que en muchas ocasiones ingerimos no contienen los elementos necesarios para una buena nutrición, recordemos que la alimentación es la ingesta de alimentos, todo tipo de alimentos, la acción de comer, y la nutrición es el proceso mediante el cual luego de la alimentación, el organismo busca los nutrientes para transformarlos en energía, por lo que nuestra alimentación debe ser saludable y equilibrada. Debemos buscar ese equilibrio entre alimentación y nutrición para obtener los nutrientes que nuestro cuerpo necesita para estar sano.
La nutricionista es parte del proyecto Fortalecimiento de la Agricultura, mejorando la calidad y cobertura del Sistema Nacional de Extensión Rural en los Municipios de San José Chacayá y Sololá, del Departamento de Sololá, que se enmarca en el convenio de Cooperación entre la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura FAO y la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo AECID, con la contraparte operativa del Ministerio de Agricultura Ganadería y Alimentación MAGA.
El proyecto se desarrolla en 22 comunidades priorizadas, seis en el municipio de San José Chacayá y 16 en el Municipio de Sololá del departamento de Sololá, atendiendo a 500 Mujeres en edad fértil, embarazadas, mujeres con niños menores de dos años, mujeres con niños entre 2 y 5 años. Estos municipios fueron seleccionados por tener una prevalencia alta de desnutrición crónica. En general se les enseña a mejorar el consumo de alimentos, la selección de los mismos, la distribución intrafamiliar, sus hábitos alimentarios y promover patrones alimentarios saludables basados en alimentos frescos, sanos y nutritivos disponibles a nivel local, explica la nutricionista Ramírez.
Existen muchas metodologías y herramientas para facilitar la transferencia de contenidos técnicos, tanto a personal de instituciones, mujeres beneficiarias, niños, jóvenes y a quienes son parte del proyecto, agrega Ramírez.
Por su parte, Luisa Regina Sosa Padilla, asesora en acompañamiento nutricional de la Dirección General de Fortalecimiento de la Comunidad Educativa en el Programa de Alimentación Escolar comparte que es importante que en las familias los padres promuevan una alimentación saludable en el hogar, que se incluyan diversidad de alimentos, así como el rescate de nuestra cultura alimentaria y ante todo que la alimentación debe ser un medio que nos permita conservar la salud.
Actualmente, en el marco de la emergencia sanitaria, el Ministerio de Educación lo implementa mediante la modalidad de entrega de alimentos sin preparación a los padres de familia, para que en casa se le brinde al estudiante su alimentación escolar. En dicha entrega se incluyen alimentos no perecederos y semiperecederos. Milton Orozco, enlace institucional de la FAO con el programa de alimentación escolar, hace énfasis en que se están adquiriendo granos, tubérculos, frutas, hortalizas y huevos producidas por productores de agricultura familiar que se han convertido en proveedores del estado, facilitando el acceso a alimentos frescos, nutritivos e inocuos a la niñez de todo el país.
Sosa agrega que es importante crear estrategias de comunicación e información, que sensibilicen y promuevan el consumo de estos alimentos a nivel de hogar, haciendo énfasis en su importancia y beneficios que tienen para la salud.
Una dinámica para comer mejor
Otro proyecto privado es el de Bibi la Luz González, de 33 años, fundadora de la organización Come Mejor Wa’ik, que trabaja en diferentes talleres. Uno de ellos lleva a las personas a reconocer el origen de los alimentos.
Es decir, ¿se ha preguntado cuánto tiempo lleva un tomate o una zanahoria o el resto de alimentos vivos en llegar al hogar, cuántas personas están implicadas en este proceso, cuántos kilómetros ha llevado el llevarlo, o bien si se ha sembrado en casa todo el tiempo y el proceso que ha necesitado? El estar consciente de ello es parte esencial para comer mejor, también implica reconocer qué pasa con los alimentos industrializados, si sabemos de dónde vienen o qué contienen. La experta recomienda hacerse estas preguntas en familia y experimentar cuando sea posible sembrar los propios alimentos en casa.
Lo anterior, sin duda lleva a tomar mejores decisiones. Otro punto esencial es reconocer qué pasa con los alimentos al estar en nuestro hogar, qué se hace con los desperdicios que han quedado y así aprovechar más todo lo que se tenga disponible.
González hace énfasis que una de las maneras de comer mejor es introducir los hábitos poco a poco, empezar a disfrutar de los sabores de cada alimento, por ejemplo, aprender recetas en los que se aproveche únicamente el azúcar y el sabor que dan las mismas frutas en las que no se requiera agregar más. Agregue más productos vivos como frutas y vegetales, recuerde el yogur natural, así como las bebidas rica en bacterias y levaduras como el kéfir o la kombucha, leche y té fermentados, respectivamente.
“En uno de los talleres tenemos un compromiso y es animarse a comer un alimento que regularmente no está incluido en los menús personales, esto permite descubrir nuevos sabores y forma distintas de disfrutarlos”, dice González.
Fortalecer el sistema inmunitario
No existe un solo alimento que fortalezca el sistema inmunitario, todo se basa en los hábitos alimentarios saludables, de llevar una dieta variada, en cantidad y calidad que provea de nutrientes necesarios para una salud y nutrición optima. Es importante mencionar que existen nutrientes específicos que tienen relación indiscutible para fortalecer el cuerpo y hacer frente a las enfermedades provocadas por virus.
Por lo mencionado anteriormente, se promueve el consumo de frutas y vegetales para que tengan una ingesta adecuada de micronutrientes (vitaminas y minerales) y de esta manera, ayudar a reforzar el sistema inmunológico, tomando en cuenta el control de hábitos alimentarios saludables, condiciones higiénico-sanitarias, dieta equilibrada, descanso y ejercicio. Y recordar que cuanto más fuerte sea el sistema inmunológico, mayor éxito tendrá el cuerpo a la hora de rechazar los agentes patógenos.
Se recomienda en general hacer ejercicio, comer saludable, incluir un alimento de todos los grupos de alimentos en su plato de comida en cada tiempo de comida, una idea muy práctica para que su plato se vea y sea saludable es tomar en cuenta las divisiones, como el plato del buen comer, ¼ de cereales, ½ de vegetales y/o frutas, ¼ de alimentos de origen animal.
Más de las vitaminas
La vitamina D, vitamina C, vitamina A, Vitaminas del complejo B juegan un papel clave en este tema, no evita que un paciente contraiga algún virus, pero si puede reducir las complicaciones, por ello, es importante el consumo de alimentos fuentes de estas vitaminas, o incluso de suplementos si existe alguna carencia o si con la dieta no se llena los requerimientos. Estas vitaminas tienen un efecto directo que ayudan a la formación y diferenciación de los glóbulos blancos, así mismo participan en la formación de proteínas relevantes para el sistema inmune.
En general las 13 vitaminas son principales, importantes y las que el cuerpo necesita. A, C, D, E y K, y las del complejo B (tiamina, riboflavina, niacina, acido pantoténico, piridoxina, biotina, ácido fólico, cianocobalamina). Cada vitamina tiene funciones especificas y se encuentran en diferentes alimentos en forma natural, como leche, carnes, huevos, frutas y verduras.
La mayor cantidad de alimentos aportan vitaminas. Una dieta variada ayuda a que la ingesta de vitaminas sea la requerida diariamente. Una de las que más ha sido conocida durante la pandemia es la vitamina D, los médicos José Luis Mansur y David Fusaro, de Argentina, expusieron recientemente en una conferencia en línea que esta vitamina tiene múltiples funciones en el cuerpo, es esencial para absorber el calcio y juega un rol importante en varios sistemas. Sin embargo, ha presentado disminuciones paulatinas en los niveles de concentración sérica en la población de los países del istmo y el caribe debido a una dieta inadecuada, poca o insuficiente exposición a la luz solar y el encierro obligado por la emergencia sanitaria.
El rol de la alimentación es fundamental, enfatizaron estos especialistas, ya que son muy pocos los alimentos que contienen de forma natural cantidades significativas de Vitamina D, la cual se encuentra principalmente en pescados grasos, salmón y yema de huevos.
Los expertos destacan la importancia de tomar entre 15 a 20 minutos de sol, antes de las 10 horas y después de las 15 horas, ya que la dieta diaria solamente aporta el 10% de la Vitamina D requerida.