Así se manifiesta la enfermedad de ojo seco, que afecta a entre el 5 % y el 50 % de la población mundial . El origen del trastorno puede deberse a múltiples causas, pero el estilo de vida juega un papel importante. Y entre los principales factores de riesgo encontramos el uso (y en ocasiones el abuso) de las pantallas.
El tiempo que pasamos delante las computadores, teléfonos celulares o tabletas reduce el número de parpadeos y aumenta la cantidad de parpadeos incompletos, lo que impide un reparto adecuado de la lágrima por la superficie del ojo.
Además, las pantallas son una fuente de luz proyectada que eleva la temperatura de la superficie ocular e incrementa la evaporación de la lágrima.
Aunque en ciertos trabajos es imposible reducir las horas que pasamos pegados a estos dispositivos, es posible disminuir las molestias siguiendo ciertas recomendaciones.
¿Qué puedo hacer para disminuir estas molestias?
Si seguimos una serie de precauciones, nuestra relación con las pantallas puede ser más amigable.
Disposición y altura de la pantalla
Es recomendable que se encuentre siempre por debajo de la posición primaria de mirada. Esto ayuda a que la apertura de los párpados sea menor y, por lo tanto, el ojo esté menos expuesto.
Posición de la pantalla en relación a la iluminación
Debemos evitar que haya lámparas sobre la pantalla o ventanas detrás del usuario. También se puede solucionar poniendo filtros antireflejos, ya que estos nos obligan a concentrarnos más, y por consiguiente, reducen nuestra tasa de parpadeo.
Descansos
Van a ser nuestros grandes aliados. Una norma que se recomienda habitualmente es la regla 20-20-20. Es decir, que por cada 20 minutos de trabajo miremos objetos alejados a más de 20 pies (unos seis metros) durante 20 segundos. Aplicar esta técnica va a reducir notablemente los síntomas de resequedad. Dejar de mirar a la pantalla durante ese tiempo restablecerá nuestro parpadeo normal.
Condiciones ambientales poco propicias
La humedad baja, las altas temperaturas, las corrientes de aire, el humo del tabaco y el exceso de ambientadores perjudican a la salud ocular.
Hidratación de ojos
Puede ser la mejor opción en días de intenso trabajo. Hay que evitar los sueros salinos, ya que su composición no es igual a la de la lágrima. Al carecer de grasa y proteínas, pueden desestabilizar la película lagrimal. La mejor opción son las lágrimas artificiales en versión monodosis, que carecen de conservantes y no dañan los tejidos oculares.
En definitiva, presentar síntomas de sequedad ocular es habitual en los tiempos que vivimos. Si les hacemos frente con las estrategias adecuadas, eso repercutirá positivamente en nuestra calidad de vida.