En general deben existir ciertos criterios para definir la depresión, agrega la psicóloga Daniela Ortíz. En el trastorno depresivo el paciente ha tenido por lo menos dos semanas de un estado de ánimo deprimido o una pérdida del interés por las cosas.
La depresión interfiere con las actividades normales diarias. Dentro de sus características están sentirse triste o ansioso todo el tiempo, no querer hacer actividades que antes eran divertidas, tener dificultad de dormirse o dormir mucho, comer más o menos de lo usual, sentirse cansado después de dormir, entre otros síntomas que son signo de alerta para buscar ayuda.
Ortíz agrega que existen tres tipos de depresión, la leve, moderada y grave. En las primeras dos la intervención puede ser únicamente psicológica y se está a tiempo de comenzar un tratamiento para salir de ella, para aprender herramientas y técnicas para mejorar.
El neurólogo Fernando Ceballos comenta que la depresión tiene una razón de ser endógena o exógena, la primera es cuando existe de una predisposición genética y un metabolismo alterado que no permite que la persona experimente satisfacción y felicidad aún cuando esté en un ambiente saludable y en relación a la exógena tiene una escenario hostil que le hace reaccionar de una manera disfuncional comprometiendo su sociabilidad, proceso de aprendizaje y varios elementos básicos como el cuidado personal y descuida su higiene.
Existen indicadores que muestran que estas personas podrían comprometer las finanzas de la familia, tendencia a adicciones, divorcios e impide que se trabaje en armonía con otros.
La depresión en su forma grave también muestra en ocasiones ideas de suicidio, “no todos los deprimidos son suicidas”, agrega Ortíz. En las formas graves el paciente necesitará de un acompañamiento paralelo entre un psicólogo y un psiquiatra, para que sete último evalúe la necesidad de un fármaco en estos niveles.
Arévalo explica que después de un episodio depresivo, tres de cada 10 personas podrían sufrir un segundo episodio. Un 90% de este último llega a presentar un tercero.
“Una persona que pasa por episodios depresivos de manera recurrente debe recibir evaluación psiquiátrica ante la posibilidad detener una enfermedad llamada trastorno bipolar”, dice Arévalo.
Ceballos comenta que en el cerebro existen sustancias que se liberan en el cerebro que producen bienestar cuando se cumple una tarea o se llena una expectativa, en especial la llamada molécula de la serotonina se libera en una estructura cerebral que se llama el tallo encefálico donde hay receptores de esta sustancia de la felicidad y esta sustancia se consume demasiado rápido o inmediata e impide que la persona experimente o sienta placer o satisfacción. Esto es lo que pasa en el cerebro en la dinámica de la depresión.
El tratamiento y acompañamiento psicológico es importante. Requiere de empatía y de eliminar las críticas, “en Guatemala existe poca información al respecto y las críticas se hacen presentes agravando la situación, lo que ayuda es el acompañamiento e involucrar a la persona en tareas mínimas para que comience poco a poco a salir de donde se encuentra empantanado”, dice Ceballos.
Ortíz invita a como familia cuidar nuestra salud mental, no aislarnos de nuestros seres queridos y tratemos de convivir para que se tenga una dinámica y distintas actividades para hacer juntos. Será beneficioso caminar un poco, así como otros hábitos sanos para mantener la estabilidad emocional.
Al respecto existen otros aspectos que beneficiarán al paciente y que los expertos comentan. Entre ellos:
Dormir bien
Uno de los signos de la depresión es alguien que se mantienen durmiendo continuamente en estado diurno, cuando en realidad la noche se hizo para descansar y el día para socializa y trabajar. La persona duerme de más por ese metabolismo anómalo que tiene causado por la depresión.
No dormir ocasiona que el organismo mantenga activado el sistema de alerta, por lo que hay un aumento en secreción de adrenalina que origina un incremento en la frecuencia cardiaca, sudoraciones, palpitaciones, dolor de cabeza, ansiedad, angustia e irritabilidad
El médico Ceballos comenta que en el buen dormir se da la recuperación de la energía física, mental y emocional principalmente este último aspecto, a través de algunos mecanismos como la liberación de algunas sustancias durante el sueño que incluye la dopamina y la misma serotonina nos permite recuperarnos durante el descanso reparador.
Alimentarse bien
Una alimentación equilibrada que incluya todos los grupos de alimentos en las porciones adecuadas es importante para el bienestar del organismo en general.
También en los alimentos existen algunos elementos para combatir la depresión. Entre los más importantes está el Omega 3 que tiene propiedades benéficas cardiovasculares y también tiene un rol protagónico par la estabilidad emocional y hay evidencia científica robusta, agrega Ceballos.
Entre los alimentos más destacado están el salmón, el aguacate, té verde, las semillas como las nueces, el chocolate, entre otros. Una alimentación balanceada es importante, en un tratamiento integral podría beneficiar a la persona, junto a otras terapias que se deben dar en forma simultánea, dice Ceballos.
Un estudio de 2017 de la Universidad australiana de Deakin explica que por ejemplo, la dieta mediterránea, conocida por mejorar la salud cardiovascular, reducir los riesgos de la diabetes y aumentar la longevidad, también puede ayudar a combatir la depresión.
Esta dieta se caracteriza por el consumo de grandes cantidades de frutas, verduras, aceite de oliva, frijoles y cereales como trigo y el arroz, así como cantidades moderadas de pescado y productos lácteos, y más limitadas de carne roja y aves.
La pruebas fue durante tres meses con dos grupos de adultos que padecían depresión. A los integrantes del primero los sometieron a un tratamiento de apoyo social, mientras que a los pacientes del segundo a una dieta mediterránea. Los expertos descubrieron que un tercio de los que fueron sometidos a la dieta mediterránea registraron mejoras importantes en su humor y en los síntomas de la depresión, de acuerdo a este estudio publicado en la revista internacional BMC Medicine.
En el grupo de los que se sometieron a tratamientos de apoyo social, solo un ocho por ciento de los pacientes registraron mejoras en los síntomas.
Expertos explicaron que el sistema inmunológico, la plasticidad cerebral y la microbiota intestinal parecen ser centrales no solamente para nuestra salud física sino también la mental. Los investigadores destacaron la necesidad de diseñar mejores dietas para los pacientes, aunque enfatizaron que éstas no deben reemplazar los tratamientos tradicionales como las consultas con los terapeutas y los medicamentos, en especial para tratar la depresión severa.
Mayo Clinic también publicó que varios estudios indicaron que las personas que tenían una alimentación de mala calidad, con una gran cantidad de carnes procesadas, , postres dulces, frituras, cereales refinados y lácteos con alto contenido de grasa, tenían más probabilidades de presentar síntomas de depresión.
El ejercicio
Se da liberación de endorfinas que son sustancias que promueven el bienestar. Otra vía que permite a la persona experimentar satisfacción.
En la creciente literatura sobre actividad física y salud mental, los investigadores han abordado los efectos tanto de episodios únicos como de programas de actividad física. Además, se ha estudiado una amplia variedad de resultados psicológicos, incluidos los efectos sobre el estado de ánimo, la autoestima, el funcionamiento cognitivo y el deterioro, la depresión y la calidad de vida.
“El ejercicio te hace sentir bien” es una suposición común y se refiere a los efectos psicológicos informados a menudo de episodios únicos de actividad física, como caminar o ejercicio estructurado. Si bien la mejora del estado de ánimo está bien documentada, esto puede depender de la intensidad del ejercicio realizado, se explica en una investigación publicada en 2016 en el World Psychiatry. En resumen, la actividad física es un comportamiento de salud importante que se recomienda encarecidamente para la prevención y el tratamiento de varias enfermedades no transmisibles.
Ortíz agrega que recibir el sol de la mañana o de la tarde nos llena de vitalidad. Además el sol ayuda a tener vitamina D y se generan ciertos neurotransmisores a nivel general. Al paciente le ayuda ver otros espacios, el movimiento hace que se genere dopamina y serotonina que ayudan a nivel cerebral. 15 o 20 minutos de caminata serán un buen principio.