Buscar la felicidad es natural. Pero ¿a qué nos referimos cuando hablamos de ella y qué implica alcanzarla?
De acuerdo con la máster Beverly Contreras Yes, coordinadora académica de la Licenciatura en Psicología Clínica de la Facultad de Humanidades de la Universidad Rafael Landívar, la felicidad es un estado que vamos construyendo a partir de la “plena consciencia” sobre nosotros mismos, así como de nuestras necesidades y de lo que creemos importante.
La felicidad ha llegado a ser entendida como una supuesta máxima realización en la vida, pero no siempre debe verse de esa forma, ya que se trata de un proceso.
Sobre esto la psicóloga clínica Nissely Herrera opina: “Hemos creído que la felicidad es algo que tenemos que trabajar y sostener, pero hay que decir que verdaderamente, está formada por las decisiones, los momentos, y en gran manera, por la forma en la que vivimos y en la que construimos nuestra filosofía“.
De acuerdo con las especialistas entrevistadas, cuestionar la aspiración la felicidad es lógico, pero también resulta válido ponerla bajo la lupa de una sociedad en la que abundan exigencias por una vida supuestamente idónea y perfecta.
“En la época actual se busca hacer, tener, alcanzar y eso, que se asocia a la supuesta felicidad y el éxito, se convierte en una búsqueda insaciable“, señala Beverly Contreras Yes, quien nos recuerda que en ocasiones, las ideas individuales de felicidad o libertad no siempre encajarán al cien por ciento con las expectativas sociales.
Lo importante en el sentido de la felicidad, de acuerdo con Nissely Herrera, supone ubicarnos en el presente, así como también comprender el protagonismo de nuestra responsabilidad y conciencia.
Esta forma de entender el proceso de crecimiento y de realización personal nos ayudaría a experimentar nuevas perspectivas en la resolución. Esta forma de ver no solo nos pueden hacer sentir más libres, sino que se acerca a una idea de felicidad.
Felicidad obsesiva
La experta en salud mental Contreras Yes infiere que son constantes las terapias psicológicas en las que muchos pacientes intentan saber cómo alcanzar la felicidad; algo que, asegura puede llevar a una experiencia angustiante.
Contreras Yes asegura que la insistencia por una felicidad podría responder al contexto social o familiar de la persona. Por otro lado, esta urgencia puede relacionarse a una especie de intranquilidad frente el tiempo.
La urgencia por el futuro o una insuperable prisa con decisiones del pasado afectan a medida que las personas no logran transitar el presente con calma.
“Si la persona tiende a estar y a ocupar mucho tiempo en el pasado, será difícil que pueda alcanzar ese estado de bienestar. (También) hay personas que están mucho en el futuro, pensando en lo que tienen que hacer y creen que hasta que alcancen la meta van a sentirse bien“, explica.
La realización personal puede verse afectada también por las narrativas presentes en la sociedad. Una de ellas está vinculada a la idea que dicta que para ser felices cada quien debe voltear a trabajar voluntad o “echarle ganas a la situación”.
“Nos han enseñado a que si le echas ganas, si sos arrecha o si tenés una buena actitud, todo en la vida se solucionará. Creo que el punto se ha polarizado a que si tenés buena actitud todo te va a salir bien y si tenés mala actitud, todo te saldrá mal. La vida no es así, no está en los extremos“, argumenta Nissely Herrera.
La psicóloga subraya que este tipo de ideas, que procuran trabajar únicamente por lo que se desea, puede nublar el criterio para entender qué tan real o sostenible es esa meta de realización y cuáles son las distintas limitaciones que pueden emerger.
Aunque no se trata de reducir metas o desencantarse por la realización de las mismas, Herrera señala que es válido considerar el optimismo, la esperanza y el apoyo para así crear una red que pueda ayudarnos a trazar nuestras aspiraciones.
Beverly Contreras Yes agrega que, más allá de pensar en lo que supuestamente debería ocurrir para alcanzar planos de tranquilidad o realización, traducidos a “felicidad”, es importante que se pueda celebrar el proceso, independientemente del resultado.
Reducir la obsesión por la felicidad
Nissely Herrera comparte que una de las formas para honrar el proceso de crecimiento y realización personal puede encontrarse en el reconocimiento de la libertad: “Hay que trabajar o tomar ciertas decisiones para que esa libertad que queremos vivir sea coherente con lo que hago, pido y digo”, añade.
Frente a la necesidad de dirigirnos hacia la realización personal, es crucial adoptar enfoques que nos permitan alcanzar los objetivos de manera consciente y sin comprometer nuestra tranquilidad. Algunas recomendaciones son:
- Definir un concepto propio de felicidad: Cada persona debe establecer qué es lo más importante y en qué cree puede ayudarle a sentirse más realizada.
- Identificar los ingredientes: Es importante reflexionar si los elementos que yacen en la supuesta felicidad de cada persona son dados por ella misma o si responden a una fórmula aprendida por otras.
- Ser realista: Para alcanzar una meta personal se debe tener claro si los elementos o ingredientes para llevar a cabo el proyecto son realizables por la persona.
- Reconocer que la felicidad es un proceso: No se trata tanto de una meta, sino de un estado que va moldeando el propio camino.”
- Dejar que suceda: Tomando en cuenta la responsabilidad y el compromiso a la meta intencionada se debe fluir sin mucha preocupación porque llegue la felicidad. Se debe prestar atención a la consciencia y hacer las cosas de la mejor forma posible.