El especialista indica que para los dueños de los acuarios el agua turbia es una molestia porque les perturba la visión de sus peces a través del agua. Pero estas coloraciones pueden ser también perjudiciales para sus habitantes.
Según dice, en el corto plazo ayuda limpiar las paredes del acuario por dentro y por fuera con un paño de microfibra, pero advierte que de ninguna manera debe usarse un producto para limpiar vidrios.
Grabsch considera que, a largo plazo, los dueños de los acuarios deben investigar las causas por las que el agua cambia de color. Mientras que una coloración verdosa puede ser un indicador de algas, una coloración más bien blanquecina podría deberse a la presencia de bacterias.
“Que los rayos de sol le den directamente al acuario por unos pocos minutos al día puede ser ya causa suficiente para que se produzca un fuerte crecimiento de algas”, explica Grabsch.
Señala que su presencia durante un breve periodo no perjudica a los animales, pero agrega que es importante limitarlas.
Sin embargo, si las algas ya se propagaron, hay que colocar el acuario en un lugar completamente oscuro por tres días y apagar incluso la luz. Posteriormente, hay que cambiar el agua.
El color marrón suele ser causado por la presencia de materia en suspensión en el agua. Esta suele ser generada por peces o cangrejos que remueven el suelo que se encuentra en la base del acuario. Sin embargo, también puede pasar que el suelo se remueva cuando se cambia el agua. A largo plazo, un exceso de materia en suspensión puede afectar a animales y plantas, según advierte el especialista.
Por eso, el experto aconseja limpiar la base del acuario seguido, eliminar el mantillo que se pueda haber acumulado y cambiar el agua con cuidado. Si esta materia flotante aparece seguido, también conviene cambiar el filtro.
En tanto, una coloración blanca puede ser bastante peligrosa, ya que por lo general indica la aparición de bacterias. Esto suele deberse a la abundancia de nutrientes en el agua, lo cual puede tener su origen en un pez muerto o en un exceso de alimento.
Las bacterias forman una capa blanca alrededor de los alimentos que suele confundirse con hongos. El problema es que estas bacterias consumen mucho oxígeno, por lo que los peces pueden sufrir problemas respiratorios. En este caso, también ayuda limpiar el depósito y cambiar el agua. A largo plazo, hay que dar menos alimento a los peces o hacerlo de forma diferente.
Otro consejo: las plantas también pueden ser de ayuda para lograr que el acuario sea menos susceptible a la proliferación de bacterias y algas.
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