¿Cuándo examinar nuestra audición? La otorrinolaringóloga Liza Viscovich, del centro otorrinolarigologia avanzada comenta que en algunos países es por ley que desde el nacimiento se realicen evaluaciones especiales a los recién nacidos.
Guatemala no tiene un seguimiento similar y algunos médicos únicamente lo realizan cuando ha existido algunas cuestión de riesgo durante el embarazo como rubéola, sarampión u otras enfermedades virales, o bien si hay niños prematuros o que en su historial existan otros problemas ocasionados durante el parto, explica María Teresa Balcárcel, técnico terapista de audición, voz y lenguaje de la Clínica de Audiología y psicología Cliap.
También se requiere de estos estudios cuando los niños tienen dos años y existe un retraso en hablar. Es necesario descartar que exista asociada una pérdida auditiva.
En general la pérdida de audición es por causas genéticas, complicaciones en el parto, algunas enfermedades infecciosas, infecciones crónicas del oído, el empleo de determinados fármacos, la exposición al ruido excesivo y el envejecimiento.
Cuándo hacer la audiometría
El ideal es realizar una audiometría, es decir una evaluación de rutina cada dos años, dependiendo de la situación de cada persona el tiempo sugerido podría variar.
Aunque no existe una edad determinada para ello, se sugiere comenzar entre los 40 y 50 años, siendo muy importante después de los 60, dice la doctora Patricia Castellanos, audióloga del Centro de Audición Cedaf.
Este examen también es importante a cualquier edad cuando se tienen ciertas condiciones. Si se ha sufrido algún trauma acústico (por algún ruido exagerado), cuando se tienen enfermedades del oído, si existe algún riesgo hereditario de pérdida de audición, así como cuando se notan cambios durante las conversaciones, si requiere que las personas aumenten su volumen de voz con frecuencia, pide que se repita y se se nota que se dificulta escuchar.
“La mayoría de personas llegan a realizar el examen porque alguien los mandan y existe una fase de negación en que la persona trata de dar una explicación a su problema al expresar que es el entorno y los otros quienes no hablan claro”, dice Castellanos.
El problema es que sin un seguimiento y una intervención oportuna el problema crece, se corre el riesgo de perder aún más la audición, las personas empiezan a aislarse más al no sentirse a gusto en actividades y se genera un cambio de conducta o algunos problemas en familia a causa de esta reacción, agrega la profesional.
Además la pérdida de audición en la tercera edad también se ha relacionado con un acelerado envejecimiento del cerebro. Un estudio de la Universidad Johns Hopkins evaluó a un grupo de personas en la que se determinó el declive de las funciones cognitivas.
En el estudio los voluntarios se sometieron a evaluaciones por seis años. Quienes tenían más dificultades para oír disminuyeron sus capacidades entre un 30 y un 40 por ciento más rápido que otros con audición normal.
También se identificó que quienes usaban audífono obtenían mejores puntuaciones en las evaluaciones, por lo que un aparato para escuchar se ha relacionado con un mejor desempeño cognitivo.
Los pasos de una audiometría
Viscovich comenta que es importante buscar un lugar certificado para hacer la prueba para que sea certera y se reconozca qué hacer en casos especiales.
La audiometría es corta, dura aproximadamente 15 minutos. Se puede hacer a partir de los tres años.
Juventino Hernández audioprotesista de Audición digital explica que en la prueba se colocan audífonos conectados a un audiómetro. A través de ellos se transmiten tonos que se piden identificar y el resultado es una gráfica que muestra la manera en que los sonidos llegan a cada oído.
Si el resultado no es el esperado es importante que se dé el seguimiento para saber la causa y posibles soluciones, podrían necesitarse otras evaluaciones para determinar si se requiere de un aparato o de otras intervenciones, dice la otorrinolaringóloga Viscovich.
De necesitarse aparato, Castellanos comenta que se le explica al paciente las ventajas de utilizar un aparato, se le hace la prueba con alguno de ellos para que sienta la diferencia de cómo se mejora la audición.
Es importante reconocer que la tecnología ha cambiado y en cuestión de aparatos hoy se cuenta con diversidad de opciones y precios.
La mayoría de aparatos son discretos e incluso algunos se pueden cargar y no requieren de baterías. La tecnología permite que algunos se autorregulen según el ambiente en el que se encuentre y algunos incluso se pueden gestionar y programen desde un teléfono inteligente.
El cerebro se debe acostumbrar a utilizarlos. El ideal es utilizarlo siempre y retirarlos únicamente para dormir o bañarse. Los primeros días se podría sugerir descansar un par de horas al día.
¿Quiere hacer una prueba?
En Internet se encuentran algunas pruebas y aplicaciones para determinar la manera en que se escucha.
Es importante que se visite a un médico especializado, pero podría comenzar por ellas para evaluar su salud auditiva.
La OMS, por ejemplo, tiene hearWHO app, una aplicación que pueden descargar y utilizar los adultos para comprobar y seguir regularmente su audición.
En el sitio de Phonak también se encuentra una opción.
¿Cómo cuidar sus oídos?
La salud auditiva depende de que se encuentre atento a cualquier cambio y de seguir las siguientes recomendaciones.
- No utilice hisopos y ningún otro elemento para limpiar los oídos. El oído tiene un sistema de limpieza propio.
- Solo algunas personas sí requieren de un lavado de oídos cada seis meses o un año por la acumulación cerumen. Es importante ir a un especialista.
- Si trabaja en lugares con mucho ruido utilice tapones especiales.
- Al escuchar música con audífonos hágalo a poco volumen. El ideal es que si le hablan usted pueda escuchar.
- No se automedique ni coloque gotas de ningún tipo. Consulte siempre a su médico.
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