La transición a veces es difusa, explica el psiquiatra Torsten Grüttert desde Alemania. No toda acción aparentemente exagerada y reiterada debe ser tratada como trastorno obsesivo-compulsivo.
El diagnóstico solo lo puede hacer un terapeuta. Pero estas preguntas pueden dar algunas pistas: ¿hay cosas determinadas que debe revisar o controlar varias veces? ¿Suele limpiar o lavar muy seguido y durante mucho tiempo? ¿Se le presentan a menudo pensamientos que a pesar de los esfuerzos no puede soltar? ¿Piensa usted mismo a veces que sus acciones no tienen sentido o le parecen exageradas?
Puede tratarse de un trastorno obsesivo-compulsivo si el afectado mismo siente como tortuosa la necesidad de tener que hacer algo una y otra vez. Y si en el intento de dejarlo de hacer aparecen miedo y tensión.
Las acciones o los pensamientos obsesivos, además, persisten por más de dos semanas, determinan la vida de la persona varias horas al día y afectan considerablemente su cotidianeidad.
Es poco frecuente que los afectados superen un trastorno obsesivo-compulsivo sin ayuda profesional. Puede ayudar una terapia conductiva, ejercicios de relajación, meditación, un grupo de autoayuda o también medicamentos.