Para comprender de que se trata es necesario saber que el ojo tiene una sustancia gelatinosa conocida como humor vítreo y una más acuosa que se llama humor acuoso. En un ojo sano una pequeña cantidad de humor acuoso nuevo entra constantemente al ojo mientras que una cantidad igual de dicho humor acuoso se drena.
La mayoría del humor acuoso sale del ojo a través del ángulo de drenaje que se encuentra frente al iris. Esta salida de una cantidad igual de flujo mantiene una presión estable. El siguiente video explica más al respecto.
Al medirla se considera que esta normal cuando se encuentra entre 10 y 20 milímetros de mercurio, cualquier alteración más alta o baja podría poner en riesgo la visión.
¿Qué significa que la presión ocular esté elevada?
El oftalmólogo Federico Hermes, del Benemérito Comité Pro Ciegos y Sordos de Guatemala, explica que la presión podría variar por diferentes razones pero es un síntoma casi siempre relacionado con glaucoma, es decir que es una condición que daña o lleva a la muerte celular del nervio óptico, en el que este se daña y no es posible revertir las consecuencias que incluso podrían llevar a la pérdida de visión.
Por su parte, Mónica Rocío Bran, oftalmóloga de la Clínica Oftalmológica doctores Ponce, explica que cualquier factor que bloquee el flujo del líquido provoca acumulación en la presión ocular. En ocasiones se desarrolla por una herencia genética, por el uso de medicamentos como esteriodes, no recetados, así como por otras enfermedades como uveítis o una diabetes mal controlada, lo cierto es que cualquiera de ellas pone en riesgo la salud ocular.
La Organización Mundial de la Salud estima el glaucoma es la segunda causa principal de ceguera en el mundo, pero el problema es que un gran número de personas no sabe que lo padece porque es una enfermedad silenciosa, no causa dolor y a veces se reconoce hasta que se empieza perder la visión periférica.
Una de las grandes recomendaciones es que a partir de 40 años se haga un chequeo anual para revisar los niveles de presión ocular. Aunque si está en riesgo de glaucoma o con familiares cercanos podría ser antes. Esto permitirá detectar cualquier problema a tiempo y llevar un tratamiento que evite que se pierda la visión.
Para medirla se utiliza un examen sencillo llamado tonometría que no causa dolor y por lo regular es colocar un aparato frente al ojo que en segundos la mide. No causa molestias.
El diagnóstico y tratamiento
Hermes explica que el diagnóstico de glaucoma debe estar confirmado por otras evaluaciones porque al ser positivo se llevará un tratamiento de por vida.
Se debe conocer qué tipo de glaucoma se tiene. Está el de ángulo abierto, que causa puntos de ceguera en la visión y que puede pasar de padres a hijos.
Además está el de ángulo cerrado cuando el líquido se bloquea y no puede salir del ojo, que se considera una emergencia y el glaucoma secundario, relacionado con fármacos, enfermedades o lesiones.
También está el glaucoma congénito que es hereditario y no deja que el ojo se desarrolle normalmente.
Aunque la edad influye como un factor de riesgo, también está el glaucoma juvenil que puede presentarse desde los 10 años.
El tratamiento por lo regular incluye gotas para los ojos, medicamentos orales, terapias con láser, o bien cirugía, o la combinación de los anteriores.
Lo cierto es que el tratamiento debe seguirse al pie de la letra para evitar complicaciones. “A veces los pacientes se sienten mejor y por no tener otros síntomas abandonan su tratamiento y ponen en riesgo su salud visual”, agrega Hermes.
Una investigación de la médico Pamela Ruano, para la Universidad Rafael Landívar, asegura que en el 2016 el Hospital Dr. Rodolfo Robles Valverde recibió 3042 pacientes glaucomatosos. Se obtuvo una muestra de 346
pacientes. La prevalencia de glaucoma fue de 2.5 por ciento, siendo muy similar a la prevalencia a nivel de Guatemala que se estima en 2%.
El estudio también asegura que la mitad de la población estudiada, presentó excavación del nervio óptico amplia y que las personas con glaucoma asociado a presión intraocular elevada presentan con más frecuencia ceguera.
La mayoría de la población utiliza terapia con colirios para el tratamiento del glaucoma, y menos de la mitad de la población ha requerido de intervenciones quirúrgicas
Como parte de los cuidados y la prevención Hermes sugiere que ninguna persona se aplique colirios o gotas que no sean recetados. “A veces el ojo está rojo y un amigo o conocido le dice qué aplicarse o en la farmacia se adquieren medicamentos que no serán de beneficio”, dice el oftalmólogo.
Así que por cualquier molestia el primer paso es la visita a un especialista.
También para cuidar su salud visual se le recomienda llevar una vida sana, una alimentación equilibrada, ejercicio, no rascarse los ojos y sentarse en una posición correcta frente a la computadora.
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