Jacqueline Carrera, cirujana pediátrica comenta que se presenta por lo regular en las edades de 10 a 17 años y no se tiene una causa definida.
Se asocia con una condición congénita o por el mal mal funcionamiento de las válvulas de las venas testiculares. Para explicarlo, Carrera lo compara con las várices en las piernas porque las válvulas de la vena de esta zona no funciona y eso hace que las venas crezcan y se dilaten. La sangre se queda acumulada en esa área.
Por lo regular se da en el testículo izquierdo. Probablemente debido a la posición de la vena testicular izquierda.
Una de las particularidades de esta enfermedad es que no causa dolor y la mayoría de veces no tiene ningún síntoma más que visualizar en el testículo un conjunto de venas en formas de lombriz, lo que se observa es que este órgano parece más grande.
Carrera hace énfasis que por la edad que se presenta, en ocasiones los niños y jóvenes no lo mencionan, y por ello es importante comentarles que cualquier cambio en sus órganos reproductores o que crezca un testículo más que otro se debe informar.
Los expertos agregan que los hombres tendrían que aprender a realizarse un autoexamen testicular, esto es positivo para encontrar el varicocele así como otras lesiones o problemas.
Pocas veces se siente dolor. En ocasiones podrían darse casos que después de cargar algo pesado o hacer un esfuerzo muy grande.
Existen por lo regular tres grados de varicocele. En la edad adulta se podría llegar al grado dos o tres que es donde aparecen las mayores complicaciones.
Esta patología no es frecuente, hasta 14 por ciento de la población masculina es diagnosticada en la etapa de la adolescencia, explica Marco Antonio Ortíz Herrera, urólogo.
Los médicos también explican que es del lado izquierdo que está asociada esta enfermedad. Pocas veces es del lado derecho y cuando esto se da es importante revisarlo porque podría estar asociado con un tumor en el riñón o un problema renal.
Más de las consecuencias
Sin un seguimiento adecuado al ubicarse en la zona donde se generan los espermatozoides podría provocar infertilidad.
Ortíz explica que aunque esta condición se da en la pubertad y adolescencia, la consulta puede ser a cualquier edad. A su consultorio aparecen hombres en edad madura, regularmente porque no se logra un embarazo en la pareja y es importante descartar que la varicocele sea una de las causas.
Las guías americanas de uruologia siempre sugieren esta revisión cuando en un hombre adulto no es normal el espermograma (un análisis que mide la calidad de semen y la cantidad de espermas) no es normal.
La literatura médica explica que uno de los problemas más comunes que causan infertilidad se encuentra relacionado con un problema en el funcionamiento de los testículos. En algunos casos el hombre produce menos esperma de lo normal, a este trastorno se le llama oligospermia y la causa más común de ello es el varicocele.
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En una pareja que tiene problemas para concebir se ha relacionado que en un 30 y 40 por ciento está asociado con alguna condición en el hombre. Los testículos producen y almacenan esperma, que se eyacula a través del pene para enviar el esperma al tracto reproductor femenino durante el acto sexual.
El tratamiento
La manera más común de tratar esta condición es con una intervención quirúrgica, aunque no es necesario para todos. El médico Ortíz comenta la importancia de evaluar a los pacientes y hacer una recomendación oportuna.
Algunos hombres tiene esta condición desde niños y pasa desapercibida porque no afecta su fertilidad y no causa problemas de ningún tipo.
El ideal es ver el avance en los niños y adolescentes porque al estar en grado dos o tres podría requerirse de la operación.
En la mayoría de edad se recomienda un espermagrama para evaluar la cantidad de espermas y tomar la decisión de operarlos o no, agrega Ortíz.
Carrera explica que las intervenciones son abiertas o por vía laparoscópica para cauterizar las venas y que la sangre no se acumule ahí. Las dos operaciones son abdominales, no se abren nunca los testículos, refiere Carrera.
La cirugía laparoscópica es la que causa menos molestias. Esta se realiza por medio de un tubo delgado llamado laparoscopio, que se inserta en el abdomen a través de una incisión pequeña.
Este tubo tiene una cámara que envía imágenes a un monitor, lo cual permite al médico ver el interior.
La finalidad es que la sangre logre buscar un retorno normal al sistema circulatorio.
La recuperación es rápida y la única recomendación es que por una semana se eviten los golpes o los ejercicios fuertes.
Una complicación asociada es la hidrocele o acumulación de un poco de líquido en la zona, pero no representa problema.
En los hombres adultos esta intervención podría mejorar el espermograma aunque no es garantía para lograr un embarazo.
En general, los médicos también recomiendan buenos hábitos para cuidar el sistema reproductor masculino. Esto incluye el uso de métodos anticonceptivos para evitar enfermedades de transmisión sexual y consultar a un urólogo después de los 40 años para tener una revisión constante y evitar otras enfermedades.
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