La próstata forma parte del sistema reproductor masculino. Es una glándula en forma de nuez que está debajo de la vejiga y delante del recto. Rodea la uretra, que es el conducto que lleva la orina hasta la vejiga y luego al exterior. Entre sus funciones está la producción del semen, junto con los testículos y las vesículas seminales.
También fabrica el líquido prostático, que sirve para proteger a los espermatozoides y promover su agilidad y movilidad para fecundar al óvulo. Así como de proteger a los órganos que están cerca de cualquier bacteria o gérmenes del exterior.
El tamaño de esta glándula es pequeño, sin embargo, aumenta con la edad. Por ello, se recomienda que los hombres a partir de los 50 años realicen chequeos médicos constantes para evitar cualquier enfermedad y problemas relacionados con la inflamación de la próstata.
Qué provoca la inflamación de la próstata
La próstata rodea la uretra, por lo que cuando se hace más grande (se inflama), presiona la uretra y suele obstruirla. Esto provoca que sea complicado el paso de la orina y por ello, el síntoma más común es la dificultad para orinar, comenta Edgar Gonzáles, médico internista.
La inflamación de la próstata puede ser causado por tres enfermedades más comunes:
Lea también | A qué se deben los trastornos urinarios masculinos y cómo tratarlos
- Prostatitis: es provocado por bacterias que provocan una infección y esta inflama la próstata. La mayoría de los pacientes no presenta síntomas, pero cuando lo hacen son dolor o sensación de ardor al orinar, dificultad para orinar (como goteo), necesidad urgente de orinar y que la orina salga muy amarilla.
- Hiperplasia benigna de próstata (HBP): el agradamiento de la próstata podría iniciar entre los 45 y 50 años. Debido a que hay inflamación, la uretra se suele obstruir y provocar dificultad para orinar, incontinencia, tener necesidad de ir al baño dos o más veces en la noche y tener un chorro de orina débil.
- Cáncer de próstata: se origina cuando las células comienzan a crecer fuera de control. Los síntomas se presentan en una etapa avanzada, pero los más comunes son dolor o ardor al orinar, tener sangre en la orina o semen, dolor al eyacular y dolor persistente en la espalda y pelvis.
Síntomas de la próstata inflamada
La causa de la inflamación de la próstata determinará los síntomas, pero los más comunes son tener flujo urinario débil o lento, sentir que no se vació por completo la vejiga y aún tener ganas de orinar, pero ya no evacuar nada, tener urgencia de orinar o tener micción frecuente, levantarse constantemente en la noche para ir al baño (más de dos o tres veces), necesitar hacer esfuerzo al orinar y tener dolor.
Quizá le interese | Qué dice el color de su orina sobre su salud
También tener un flujo urinario que comienza y luego se detiene, o dificultad para comenzar a orinar.
“Cuando notemos que nos cuesta más orinar y finalizar la micción hay que prestar atención a los demás síntomas. También cuando sintamos ardor o dolor al orinar. Esas son las primeras señales de inflamación. Recordemos que la prostatitis y la HBP son enfermedades comunes, así que ante las primeras molestias hay que consultar al médico. En caso de tener más de 45 años, entonces hay que ir constantemente al urólogo”, dice el especialista Aldana.
Sin importar la edad, es aconsejable ir al médico cuando se tiene micción urgente, la necesidad de orinar constantemente, sobre todo en las noches; dificultad para orinar, ver sangre en la orina o en el semen.
Diagnóstico y tratamiento
“La mayoría de los hombres no va al urólogo para evitar el diagnóstico por tacto rectal. Sin embargo, hay otros métodos que nos ayudan a saber de qué enfermedad se trata, por ejemplo, una ecografía urinaria, análisis de orina y semen, así como análisis de sangre, entre otros”, comenta Gonzáles.
Por medio del examen rectal digital, en donde el médico inserta un dedo enguatado y lubricado en el recto para sentir la próstata, se puede tener una idea del tamaño y condición de la próstata, por ello es el más utilizado.
El tratamiento dependerá de la enfermedad, su causa y síntomas. Las molestias suelen tratarse con medicamentos tomados, cambios en el estilo de vida y, algunas veces, con cirugía. Los mayores de 60 años son más propensos a presentar síntomas leves, los cuales disminuyen con cuidados personajes leves.