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“En ocasiones, hay muchas actividades sociales o distractores como el teléfono que nos impiden tener tiempo para platicar y tener una intimidad emocional, la cual implica platicar desde mí, de lo que pasa en mi vida, cuáles son mis preocupaciones, cómo me siento, sabiendo que mi pareja me pone atención y que no me juzga”, explica Alcalá.
Es decir que el tiempo de calidad y la comunicación asertiva son elementos clave para una relación saludable en pareja. Para la sexóloga, el otro elemento con el cual una pareja moderna alimenta este vínculo emocional es la confianza para poder conversar.
Una forma más íntima
Además de las demostraciones de amor y de confianza que se dan en pareja como los pequeños detalles, las conversaciones y el apoyo, es posible reforzar ese vínculo de intimidad con la pareja por medio de la sexualidad, pues “es la variable que nos diferencia de los otros vínculos que tenemos”, dice Alcalá. Según María Inés Elgueta, psicóloga clínica, “a nivel emocional, la sexualidad genera ciertos vínculos con la pareja cuando esta se desarrolla en un ambiente sano”.
Alcalá comenta que, si la pareja está bien y tiene estabilidad emocional, puede tener una sexualidad satisfactoria. De lo contrario, al tener problemas, estos salen a la luz. “La sexualidad es el punto más sensible y débil de la pareja. Si tenemos una relación sana, nos sentimos bien al acercarnos a nuestra pareja”, explica.
Para saber si lleva una sexualidad sana con su pareja, debe recordar que esta debe ser consensuada, que ambas personas deben sentirse a gusto y que debe ser una experiencia placentera para ambos. Si por alguna razón no se siente cómodo y no desea tener relaciones sexuales debe aprender a comunicarlo y no buscar pretextos.
Cuando existe algún problema en la sexualidad, la pareja debe buscar resolverlo. De lo contrario, dice Alcalá, esto podría afectar en la relación, pues ambas personas se distancian. “Al tener encuentros sexuales, estos no son satisfactorios, entonces hay enojo, frustración y pleito. Como consecuencia, podrían presentar una baja autoestima”, agrega y expresa que “tenemos el derecho a sentir placer y disfrutar. No tengamos miedo de hablar, de expresar y averiguar cómo podemos resolverlo, tanto individual como en pareja”.
Al tener problemas en la sexualidad, lo mejor es que la pareja busque una guía profesional para solucionarlo y no caer en más problemas, dice Elgueta, pues se trata de un tema delicado que puede estar ligado a creencias de la infancia.
Algunos problemas
Se les llama “disfunción sexual” cuando, en la intimidad la persona tiene dificultad para disfrutar e impide que su pareja disfrute. Esto podría tener distintas causas. Según Alcalá, podría ser por razones biológicas a raíz de afecciones médicas, el consumo de medicamentos, cirugías o antidepresivos. En estos casos, la persona debe acudir con especialistas para ser tratada.
Otro factor podría ser por razones sociales como la educación sexual o por parámetros a los cuales el hombre o la mujer debe regirse. De acuerdo con esto, Elgueta expone que “muchas veces la mujer está ligada a los tabús y se limita mucho para disfrutar plenamente su sexualidad”.
Asimismo, en el caso de los hombres, la psicóloga clínica señala que ellos “llevan una carga social muy grande donde tienen que ser encargados de proveer placer a la mujer”, pero esto debe ser mutuo y no verse como una tarea. Otra razón social es que “cuando los hombres tienen problemas a nivel de erección, para ellos es difícil porque emocionalmente creen que no son lo suficientemente hombres para poder cumplir. Son tabús que se impregnan en la sociedad y que deben ser eliminados”, expresa Elgueta.
Otra de las causas de la disfunción sexual son las emociones. Esto sucede cuando una mujer tiene baja autoestima o el hombre es inseguro. Incluso se da el caso de que la mujer no se siente cómoda con su cuerpo y no se concentra en la intimidad, refieren las especialistas consultadas.
Los problemas que se dan y qué hacer en esos casos
Según Alcalá, entre los problemas más comunes que se dan en la pareja a nivel sexual están la eyaculación precoz, la disfunción eréctil y la anorgasmia. Asimismo, Elgueta refiere que hay situaciones en las que las relaciones sexuales no son consensuadas. “Una persona está indispuesta y la otra deseosa. Si este es el caso, hay que buscar el diálogo”, dice.
De la misma forma que sucede cuando su pareja hace algo que va en contra de lo que a usted le gusta, la comunicación es esencial. “Dígale que no se siente cómodo, mantenga un diálogo y no exprese un “no” cerrado, sino que su pareja entienda la razón y usted no tenga que dar un “sí” obligado”, añade la psicóloga clínica.
Recuerde que la sexualidad en pareja debe ser una oportunidad para fortalecer la intimidad y el vínculo cercano que se tiene. Esta debe ser consensuada y debe dar placer a ambos miembros de la pareja. Si, por alguna razón, no se siente cómodo, identifique el problema en pareja y busque ayuda profesional.
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