Dicho acontecimiento social, que pasó a estudiarse con el nombre de “la gran renuncia”, y que fue acuñado por Anthony Klotz, profesor de Mays Business School Texas A&M University, ha servido para comprender una forma masiva de renuncia atravesada por el cansancio laboral y la falta de flexibilidad en las empresas en los últimos años.
Franklin Espinoza, psicólogo industrial, apunta que este hecho fue determinado también por el regreso abrupto a la presencialidad de varias organizaciones y la poca tolerancia a condiciones laborales hostiles.
“La gran renuncia se considera un fenómeno económico, potenciado por la posibilidad de obtener puestos de trabajos remotos, bien remunerados, con mejores beneficios, entre otros”, comparte Espinoza.
Ante este escenario de ideales y retos, que no dista mucho de Latinoamérica, el experto en ambiente de trabajo comenta que es necesario adaptarse a un nuevo concepto de “estabilidad laboral”, ya que este implica nuevas formas de supervivencia.
“Está mutando de simplemente permanecer en un trabajo u organización, a tener un ritmo de crecimiento continuo o asignarse retos constantes que pueden encontrarse no necesariamente en un solo lugar”, agrega Espinoza.
Nuevas generaciones
Un factor que determina esta nueva narrativa tiene que ver con las distintas ópticas con las cuales las generaciones entienden el concepto de “estabilidad laboral”.
A consideración de la psicóloga clínica Helen Muñoz, las personas jóvenes suelen tener una idea distinta sobre lo que significa el trabajo, pero también de lo que están dispuestas a permitir en los ambientes laborales.
De acuerdo con Muñoz, un tema que ha cobrado vigencia en esta nueva forma de comprender el desempeño en el trabajo tiene que ver con los derechos humanos. La psicóloga añade que se debe tomar en cuenta que estas nuevas generaciones –tanto la Millennial como la Z– están más orientadas a desarrollar su autonomía y deseos.
“Los millennials suelen estar orientados a no conformarse con lo que les ha tocado vivir y buscan alcanzar sus metas, por lo que pueden encontrar distintas maneras de hacerlo. Los Z, por lo general, buscan satisfacer sus necesidades de forma inmediata, lo cual contrasta con el concepto de trabajar duro para obtener una recompensa a largo plazo”, explica.
Muñoz también enfatiza que, al estar en una época histórica más interconectada, los miedos individuales se comparten y también se comentan más fácilmente, en comparación al pasado cuando, a pesar de experimentarse colectivamente, “se quedaban en círculos más cerrados o incluso en cada persona”.
La psicóloga clínica señala que este factor podría explicar el detonante en las renuncias masivas de los últimos años, que además están motivadas por el cansancio y la sobre exigencia.
“Por ejemplo, acá en Guatemala aún se ve dentro de los requisitos que se solicita disponibilidad del tiempo, lo cual implica que no se respeten horarios, o se buscan personas dispuestas a dar la “milla extra”, que en ocasiones se traduce en que se le exigirá mucho y no se le retribuirá económicamente un sobre esfuerzo”, apunta Muñoz.
Franklin Espinoza añade que un factor importante a considerar en estas dos generaciones de jóvenes tiene que ver con que ambas manifiestan un mayor apetito de riesgo al tomar decisiones en sus vidas laborales.
“Ahora el objetivo no es la antigüedad, sino el desarrollo y ritmo de crecimiento. (…) Es innegable que la tendencia actual sea buscar flexibilidad que ayude al trabajador a sentirse dueño de su carrera, tiempo y decisiones”, argumenta el psicólogo industrial.
Retos ante la deserción
Franklin Espinoza cree que en la actualidad son muchas las personas que renuncian. El especialista asegura que este fenómeno no se limita a los jóvenes, sino a toda persona que sabe que la flexibilidad laboral ya no es exclusivamente un factor externo.
El psicólogo también comenta que, ante las deserciones, las empresas tienen mucho por aprender más allá del costo económico directo o indirecto que les supone. “Aunque la rotación de personal es imposible frenar totalmente, se puede mitigar si se pone atención al punto de vista del trabajador, al ambiente, la tecnología y las prioridades de las generaciones”, señala Espinoza.
A consideración del especialista es importante que los empleadores retomen prácticas positivas que se vivieron durante el teletrabajo, así como prestar atención a “la voz del trabajador” a través de verificaciones del clima laboral y el ambiente ocupacional.
Hacia las personas que tengan incertidumbre alrededor de su renuncia, la psicóloga Helen Muñoz recomienda que antes de tomar una decisión impulsiva, se analicen los pros y contras de la situación laboral, tomando en cuenta factores económicas, estabilidad, clima laboral y trato digno.
“Considerando que el trabajo no solo cumple una función financiera, también es un medio por el cual nos sentimos útiles en la sociedad y debería de proveernos de bienestar”, recuerda la especialista.
Por otro lado, Franklin Espinoza sugiere que la curiosidad y la exploración de nuevas oportunidades en el desarrollo de la carrera dentro de la empresa son importantes. “Se deben tomar decisiones informadas. Las soluciones de carreras de unas personas no necesariamente son aplicables a otras personas”, recuerda el psicólogo industrial.
