SALUD Y VIDA
Por qué hay personas que no les gusta comer verduras: razones y consejos para mejorar su consumo
A pesar de su accesibilidad en nuestro país, el no consumo de los vegetales puede desencadenar deficiencia de vitaminas y minerales, pero con estos consejos puede conseguir que hasta a los más chicos les gusten.
El aumento en el consumo de verduras puede empezar por el reconocimiento de sus aportes nutritivos. (Foto Prensa Libre: Shutterstock)
Siendo parte de nuestra cotidianidad, las verduras son importantes ya que nos aportan nutrientes, vitaminas, minerales, antioxidantes y fibra. Junto con las frutas, constituyen la principal fuente de micronutrientes que el cuerpo necesita para funcionar de manera óptima.
A pesar de su accesibilidad en países como el nuestro, el no consumo de los vegetales puede desencadenar deficiencia de vitaminas y minerales, además de problemas gastrointestinales como el estreñimiento (dada la falta de fibra). Cuando las verduras se excluyen de la alimentación, es común que se incremente el consumo de carbohidratos, harinas y cereales, que suelen ser opciones más fáciles de consumir, pero no por ello más saludables.
La nutricionista Mónica Pinto explica que el rechazo a las verduras puede deberse a factores como el sabor y la textura. Las hojas verdes y hierbas, por ejemplo, tienen un sabor más amargo, lo que provoca aversión en algunas personas, dice la experta.
Pinto subraya que muchas veces no es justo decir que algo no nos gusta sin haberlo probado. En realidad, el rechazo puede estar influido por los olores que emiten las verduras durante la cocción.
La psicóloga Scarlette Muñoz agrega que este tipo de rechazo está vinculado con la sensación de asco, que es una respuesta emocional usual en niños.
"Algunas personas son más sensibles a las texturas, lo que puede generar rechazo hacia ciertos vegetales, especialmente aquellos de color verde que no siempre resultan atractivos", señala Muñoz. La psicóloga indica que el rechazo a un alimento no se debe solo al gusto, sino a una experiencia multisensorial que puede involucrar vista, olfato e incluso oído.
Gabriela Cruz, también experta en nutrición, señala que el rechazo a las verduras puede deberse a la falta de constancia en su consumo. "Muchos estamos acostumbrados a las comidas rápidas, ricas en sodio y grasas saturadas, lo que hace que alimentos más saludables, como las verduras, no nos resulten apetitosos", explica Cruz.
Además, los gustos suelen adaptarse rápidamente a snacks y productos ultra procesados, lo que no solo perjudica la salud, sino que también lleva a preferir alimentos con más aditivos.
Otro factor que contribuye a esta aversión es la percepción de que preparar verduras toma demasiado tiempo. Cruz añade que muchas personas creen que solo pueden ingerirse cocidas o sin sabor, lo que refuerza la idea de que no son apetitosas.
Mónica Pinto, por su parte, señala que el olor de ciertos vegetales puede influir en el rechazo. "El brócoli, la coliflor y el repollo emiten olores fuertes al cocerse, lo que puede resultar desagradable. En los niños, es común que, si un olor no les gusta, rechacen el alimento de inmediato", afirma Pinto.
La crianza también juega un papel crucial. Si desde pequeños los niños están expuestos principalmente a frutas, que son dulces, es más probable que rechacen las verduras, cuyos sabores son menos intensos.
Si en casa los adultos no consumen verduras, los niños tampoco entenderán por qué deben hacerlo. "Si no es una costumbre familiar, no se adquiere el hábito de comer verduras desde la infancia", agrega Gabriela Cruz.
Scarlette Muñoz enfatiza la importancia de seguir ofreciendo a los niños alimentos que inicialmente rechazan: "Muchas veces, ese rechazo persiste porque, al no haber probado algo una vez, dejamos de ofrecerlo por completo", explica.
De acuerdo con Muñoz, es fundamental que los padres flexibilicen su relación con los alimentos y se abran a probar nuevas verduras, siendo conscientes de los beneficios que estos aportan a la salud.
Además, subraya que es esencial enseñar a los hijos en cualquier momento que los alimentos son una fuente de información para el cuerpo sobre datos que pueden aportar al bienestar o, por el contrario, que afectan la salud tanto a corto, mediano y largo plazo.
Mónica Pinto respalda esto y menciona la importancia de crear experiencias agradables en torno a los alimentos. "Un alimento que inicialmente no resulta apetecible puede volverse más agradable si lo acompañamos con condimentos o lo preparamos de forma diferente", explica.
Recomendaciones para comer verduras
Experimentar con distintas recetas puede ayudarnos a encontrar maneras de preparar verduras que nos resulten más agradables.
Uno de los problemas más comunes es la introducción inadecuada de alimentos. Se recomienda comenzar con verduras de sabores neutros y, gradualmente, incorporar frutas y otros ingredientes, sugieren las especialistas entrevistadas.
Sin embargo, muchas veces se falla en la presentación o en los olores, lo que puede contribuir al rechazo. También es crucial el aprendizaje en casa: si las verduras no se preparan de manera sabrosa, es probable que no sean bien recibidas.
Gabriela Cruz recuerda que plataformas como Pinterest y TikTok ofrecen una gran cantidad de recetas que hacen las verduras más atractivas y apetitosas, especialmente para quienes no están acostumbrados a consumirlas.
En cuanto a la preparación, existen muchas formas de hacer los vegetales más apetitosos. Pueden cocerse al vapor con un poco de margarina, o acompañarse con aderezos saludables, como un aliño oriental hecho con aminoácidos de soya, limón y aceite de ajonjolí, agregando semillas ajonjolí si "se desea un toque más auténtico".
Respecto a los niños, la nutricionista menciona que es importante no obligarlos a comer verduras, ya que esto podría generar una asociación negativa. En su lugar, se recomienda ofrecer opciones saludables y mantener la alacena libre de alimentos no nutritivos, de modo que no tengan alternativas menos saludables a su alcance.
En otras publicaciones realizadas por Prensa Libre, le compartimos algunas recetas que puede preparar de forma sencilla durante 30 días, y las cuales incluyen verduras.